«La publicación de este libro marca un hito en la historia del psicoanálisis y de la psicología en general», dijo The Times Literary Supplement en el momento de la aparición de la trilogía El apego y la pérdida.
En El apego, Bowlby examina la naturaleza de los vínculos del niño con la madre a través de sus célebres y cuidadosas investigaciones sobre el enorme impacto que conlleva la temprana separación de la figura materna. Asimismo, muestra cómo los estudios empíricos con niños nos han hecho descubrir pautas conductuales muy concretas, que han quedado posteriormente confirmados por las ciencias biológicas. Bowlby deja muy claro que el apego humano es una reacción instintiva y tan trascendental para nuestra supervivencia como la alimentación y la reproducción.
Comenzando con una discusión de la conducta instintiva, su causalidad, funcionamiento y ontogenia, Bowlby procede a una formulación teórica de la conducta de apego: cómo se desarrolla, cómo se mantiene y qué funciones cumple.
La causa de las adicciones no recae en las drogas, sino el deseo de cambiar nuestro estado de ánimo. Es por ello que una recuperación plena implica, en esencia, cambiar de estilo de vida.
Querer no es poder nos enseña a superar todo tipo de adicciones a través de la exploración de sus raíces. Nos muestra por qué ciertas personas son más vulnerables que otras a desarrollar una personalidad adictiva, de qué manera nuestras familias y la sociedad pueden fomentar inadvertidamente las adicciones, y cómo podemos aprender a reemplazar estas influencias destructivas por principios positivos y vitalistas.
Utilizando ejemplos extraídos de sus experiencias en la recuperación de adictos, Washton y Boundy no solo aprenderemos a mantenernos alejados de sustancias o actividades adictivas —la cocaína o el alcohol, el juego, el sexo, el trabajo, las compras—, sino también a olvidarnos de ellas para siempre. No se trata, pues, de un manual de primeros auxilios: con esta obra podremos conseguir cambios sustanciales y encender la llama de una verdadera esperanza.
El encuadre psicoterapéutico de El proceso de convertirse en persona excede las categorías de conocimiento tradicionales y altera el rol del terapeuta: le asigna la tarea de comprender al otro, de ser el espejo de la vida del paciente, convirtiéndolo en su asesor y a la relación terapéutica en un asesoramiento.
Carl Rogers revolucionó la psicoterapia con su concepto de «terapia centrada en el cliente», en la que se elimina toda actitud directiva por parte del terapeuta y se evita fragmentar la personalidad del asesorado en «partes enfermas» y «partes sanas». Así, asesor y asesorado entran en una relación simbiótica en la que desarrollan un diálogo —comprometido, emocionalmente intenso y de curso impredecible— que permite la maduración afectiva del asesorado a través del desarrollo de las percepciones que rescatan e integran la totalidad de su experiencia vivida.
El proceso de convertirse en persona es un referente que ofrece la perspectiva de un terapeuta sobre la psicoterapia. Una lectura imprescindible para cualquier persona interesada en la psicología clínica o en el crecimiento personal.