Durante miles de años, los seres humanos han perdido sus posesiones y han arrojado su basura en el río Támesis, convirtiéndolo en el yacimiento arqueológico más extenso y variado del mundo. Para los expertos, sus tramos fangosos ofrecen un vínculo tangible con el pasado y una conexión con el mundo natural en una ciudad caótica. Lara Maiklem se mudó a Londres a los veinte años. Atraída inicialmente por la ciudad, pronto se encontró a la deriva, añorando el consuelo que había conocido al crecer entre la naturaleza. En las orillas del Támesis descubrió el mudlarking: el acto de hurgar en el barro en busca de objetos desechados por generaciones anteriores de londinenses. Durante los siguientes quince años, sus días fueron dictados por las mareas y los dedicaría a la búsqueda de objetos que el río desenterraba: desde pedernales neolíticos a horquillas romanas, de hebillas de zapatos medievales a botones de los Tudor, de pipas de arcilla georgianas a medallas de guerra perdidas o descartadas. Desde las mareas del río en el oeste de la ciudad hasta su desembocadura en el mar en el este, Mudlarking es la historia del Támesis y sus gentes a través de estos objetos. Una fascinante búsqueda de la paz a través de la soledad y la historia de Londres que recupera las voces de muchos londinenses que habían sido olvidados.
Un fascinante estudio que revela cómo los evangélicos han trabajado en los últimos setenta y cinco años para sustituir al Jesús de los Evangelios por un ídolo de la masculinidad y el nacionalismo cristiano. La aclamada Kristin Kobes Du Mez nos explica que la clave para entender esta transformación es reconocer la centralidad de la cultura popular en el evangelismo estadounidense contemporáneo. Los evangélicos de hoy quizá no sean teológicamente astutos, pero han leído Salvaje de corazón, de John Eldredge, y aprendieron sobre pureza antes de aprender sobre sexo. Y la cultura evangélica está repleta de héroes musculosos, guerreros míticos y soldados rudos; hombres como Oliver North, Ronald Reagan, Mel Gibson o John Wayne, que afirman el poder masculino blanco en defensa de la «América cristiana». Así, Du Mez revela cómo Trump representó el cumplimiento de los valores evangélicos blancos más profundamente arraigados, como el patriarcado, el gobierno autoritario, la política exterior agresiva, el miedo al islam, la indiferencia hacia el #MeToo y la oposición al movimiento Black Lives Matter o a la comunidad LGTBIQ+.
Sagaz, provocador y ambicioso como acostumbra, Žižek explora en este libro los intersticios entre campos del saber, el vacío entre la filosofía, el psicoanálisis y la crítica de la política económica. El título está tomado de una de las obras tardías de Samuel Beckett, y le sirve al autor para indagar en las conexiones entre la sexualidad y la economía con los instrumentos del marxismo y el psicoanálisis lacaniano.
La sexualización y la abolición de la sexualidad; el progreso tecnocientífico y el capitalismo globalizado; el falo y lo prohibido; lo poshumano y lo transgénero; el fetichismo y la perversión capitalista; el sujeto y el objeto; el sadismo, el masoquismo y la dominación económica… son algunos de los temas que asoman en estas páginas. En ellas, el filósofo maneja, como suele hacer, un amplio repertorio de referentes variopintos, que van desde Kant, Kierkegaard, Deleuze y Sade hasta Lenin, Stalin y Mao, pasando por Wagner, Tarkovski u Orson Welles.