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VASILI GROOSMAN Y EL SIGLO SOVIET. (OF2)

Si la obra maestra de Vasili Grossman, Vida y destino, se hubiera publicado en vida del autor, lo hubiera hecho a la vez que Doctor Zhivago de Pasternak y antes de Archipiélago Gulag de Solzhenitsyn, pero Vida y destino fue secuestrada por el KGB. Cuando se publicó póstumamente, décadas después, fue reconocida como la Guerra y Paz del siglo xx. Vasili Grossman (1905-1964) se formó como ingeniero, pero abandonó su trabajo en los años treinta para dedicarse en exclusiva a la escritura. Tras el estallido de la segunda guerra mundial se convirtió en corresponsal de guerra para el Ejército Rojo, publicando aclamadas crónicas de las batallas de Moscú, Stalingrado, Kursk y Berlín. Su testimonio sobre los campos de exterminio nazis, escrito tras la liberación de Treblinka, se encuentra entre los primeros documentos escritos acerca del Holocausto judío y fue utilizado como prueba en los juicios de Núremberg. Después de la segunda guerra mundial, la fe de Grossman en el Estado soviético se vio socavada por el giro antisemita del régimen de Stalin. Aunque nunca llegó a ser arrestado por las autoridades soviéticas, sus dos obras maestras (Vida y destino y Todo fluye) fueron censuradas por antisoviéticas, y cuando Grossman falleció en 1964 Vida y destino permanecía inédita y seguiría estándolo hasta que pudo ser publicada en Occidente merced al trabajo de una red de disidentes. La primera edición en la Unión Soviética data de 1988, durante la fase aperturista del gobierno de Mijaíl Gorbachov. La obra alcanzó rápidamente un éxito enorme y pasó a ser aclamada como una de las cumbres literarias del siglo xx.
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NADA POR LO QUE PEDIR PERDON

La importancia del legado español frente a las atrocidades cometidas por los enemigos de España En este excepcional libro, Marcelo Gullo Omodeo demuestra que, en el «Tribunal de la Historia», España ha sido juzgada por jueces parciales con testigos falsos. Y asevera: Que América, antes de 1492, se asemejaba más al infierno que al paraíso, pues reinaban en el Nuevo Mundo los sacrificios humanos, el canibalismo, la esclavitud, el machismo y la prostitución. Que Bartolomé de las Casas fue un mercenario disfrazado de sacerdote. Que durante cuatro siglos, Gran Bretaña, Holanda, Estados Unidos, Francia y Alemania —sin ninguna autoridad moral— le han exigido a España que pida perdón por los supuestos pecados cometidos durante la conquista de América, cuando, en realidad, son esas naciones las que deberían hacerlo porque sus manos están manchadas de sangre. Que España no tiene nada por lo que pedir perdón porque la conquista de América fue uno de los mayores intentos que el mundo haya visto por hacer prevalecer la justicia y los valores cristianos en una época brutal y sanguinaria. Que ese intento exitoso convirtió a España en una excepción en la historia de la humanidad porque ni antes ni después una nación se comportó de esa manera. Y que precisamente por eso mismo cuando el papa Francisco era el padre Jorge consideraba que no había nada por lo que pedir perdón.
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EL CUCHILLO DE MI ABUELO (OF2)

Incluso el más ordinario de los objetos puede contar una historia espectacular. Un cuchillo adornado con una esvástica y la cabeza de un águila. Cuando era niño, Joseph Pearson estaba aterrorizado por el arma que colgaba de un gancho en el sótano de su abuelo, un trofeo arrebatado al enemigo en la batalla. Cuando más tarde heredó el cuchillo, descubrió una historia mucho más inquietante de lo que jamás podría haber imaginado. Para entonces Joseph Pearson –que vivía en Berlín, convertido en escritor e historiador cultural- se sintió atraído por otros objetos de la era nazi: un diario de bolsillo, un libro de recetas, un instrumento de cuerda y una bolsita de algodón. Cada uno perteneció a un veinteañero durante la segunda guerra mundial –un chico del campo, un joven melancólico, una cocinera, un músico herido en el frente y un superviviente– y se embarcó en un viaje para iluminar sus historias antes de que desaparecieran de la memoria viva. Una historia de detectives y un relato apasionante de la búsqueda de respuestas de un historiador, El cuchillo de mi abuelo es a la vez una conmovedora meditación sobre la memoria y una aportación única a nuestra comprensión de la Alemania nazi. A través de una investigación rigurosa y una hermosa prosa, Joseph Pearson ilumina la historia a menudo oscura del siglo XX al dar vida a lo que esconden objetos cotidianos en manos de gente común.
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