Un relato íntimo cargado de lúcidas reflexiones sobre lo que significa envejecer.
Actualmente cumplir años se ha convertido en una desgracia o, como mínimo, en un proceso que la sociedad rechaza y silencia. Frente a esta realidad, esta hermosa obra nos revela no solo los estereotipos y prejuicios que rodean la edad madura, sino el valor que pueden tener el sentimiento de finitud y la experiencia de lo vivido.
Entremezclando experiencias personales, anécdotas y referencias a autores como Herman Hesse, Annie Ernaux, Elias Canetti, Marguerite Duras, Virginia Woolf, Roland Barthes y un largo etcétera, este libro nos muestra que, si sumar años está visto como una fatalidad, saber envejecer es una posibilidad e incluso un privilegio. No hay duda de que la vejez supone una aceptación, tal vez un desdoblamiento de uno mismo —te ves distinto de lo que has sido—, pero esta aceptación pasa por mantener el deseo de vivir.
La viajera de noche no es una guía para envejecer bien, es un grito contra la invisibilidad y el rechazo a los que se exponen los viejos y, sobre todo, las viejas, así como una invitación a oponerse a la exigencia de la sociedad contemporánea de que nos hagamos mayores en silencio y de forma disimulada. Como dijo Simone de Beauvoir: «La vejez es una cuestión de civilización. ¡Continuemos con la batalla!».
Esta última obra de Françoise Dolto es a la vez su testamento y uno de sus mejores trabajos. La célebre psicoanalista le imprimió, como siempre, su genio, su inteligencia visionaria y su generosidad de mujer y de madre.
Escrita desde la misma perspectiva y con el mismo método que La causa de los niños, ofrece una síntesis de informaciones, testimonios, experiencias, consejos y propuestas que permitirán a todos los padres y madres y educadores dar un nuevo giro a su diálogo con los más jóvenes. Así, temas como la huida del hogar, el suicidio, la droga, el fracaso escolar o la sexualidad dejan de ser tabúes para convertirse en un estimulante objeto de debate.
Dolto habla sobre los derechos y los deberes de los adolescentes y nos invita a penetrar en el universo de los chicos y chicas que tienen entre 10 y 16 años. Se trata de un último combate para ceder la palabra a aquellos que todavía no la tienen e introducir como objetivo prioritario, en el marco de una crisis general de la educación, el respeto tanto por uno mismo como por los demás.
Mediante las iniciativas personales de mujeres excéntricas, desafiantes, únicas, Londres ha sido y sigue siendo un lugar donde los libros tienen vida propia y sus libreras, una manera más libre de estar en el mundo. Este libro aborda la historia de más de una treintena de libreras y de sus establecimientos en el Londres de los últimos dos siglos. Recorremos la mítica Charing Cross Road, donde abrieron sus librerías las sufragistas y la apodada «reina roja de Charing Cross Road», Christina Foyle. Sin duda, la historia de Alida Klemantaski y la londinense The Poetry Bookshop nos recuerda que las librerías que hoy consideramos modernas ya contenían todas sus «originalidades» hace un siglo. De la mano de la filántropa Florence Boot (de la icónica droguería Boots), la fulgurante Nancy Mitford o la misteriosa E. Millicent Sowerby, conocemos algunas de las historias más interesantes del siglo xx hasta llegar a nuestros días, con las iniciativas de Ann Devers y Dee Creative. Pero además, sus capítulos —que pueden leerse sin necesidad de seguir un orden, aunque están concebidos de manera cronológica— son también una breve historia de los negocios de compraventa y edición de libros en la capital inglesa desde el punto de vista de las mujeres que han participado en él.
Los hechos aquí recogidos son una prueba de cómo una industria cultural ha logrado sobrevivir gracias a la permanente presencia de las mujeres y al apoyo entre ellas. En realidad, ofrecen la reescritura de una historia en la que no han visto reconocido —salvo honrosas excepciones— el lugar que les corresponde.