A los 28 años, los planes de Stephanie Land de liberarse de las raíces de su ciudad natal, en el noroeste de la costa del Pacífico, para perseguir sus sueños de ir a la universidad y convertirse en escritora, se vieron truncados cuando una aventura de verano se convirtió en un embarazo inesperado. Se dedicó a la limpieza para llegar a fin de mes, y con un control tenaz de su sueño de brindarle a su hija la mejor vida posible, Stephanie trabajó durante el día y tomó clases en línea para obtener un título universitario y comenzó a escribir sin descanso. Escribió sobre las historias reales que no se estaban contando: las historias de estadounidenses mal pagados y con exceso de trabajo. De vivir con cupones de alimentos y cupones de WIC (mujeres, bebés y niños) para comer. De los programas del gobierno que le proporcionaron vivienda, pero que acabaron siendo casas de transición. Los distantes funcionarios que la llamaban afortunada por recibir ayuda mientras ella no se sentía afortunada en absoluto. Escribió para recordar la lucha y para acabar con los estigmas profundamente arraigados acerca de los trabajadores pobres. Criada explora las debilidades de la clase media alta de los Estados Unidos y la realidad que hay detras es estar a su servicio. Me convertía en un fantasma sin nombre, escribe Stephanie sobre su relación con sus clientes, muchos de los cuales no la conocen de nada, pero de quienes aprende mucho. A medida que comienza a descubrir más sobre la vida de sus clientes, también sobre su tristeza y su amor, comienza a encontrar esperanza en su propia situación. Su escritura compasiva e inquebrantable como periodista da voz al trabajador "sirviente" y a aquellos que persiguen el Sueño Americano desde debajo del umbral de la pobreza. Criada es la historia de Stephanie, pero es la de muchas otras personas. Es un testimonio inspirador de la fuerza, la determinación y el triunfo definitivo del espíritu humano.
Roberto Batista Fernández es una persona discreta, rasgo que no oculta la valentía de acercarse con honradez y limpieza a la figura del Padre. Para ello, con lealtad poco frecuente, revela una memoria construida desde lo que su padre representa para él: fue su refugio, su maestro, conoció de sus manos la ternura y el cuidado. Pero esto no le impide asomarse a una vida política, plural y compleja, iluminada por una primera imagen de estadista, aunque empañada por los sucesos del 10 de marzo de 1952. Roberto se pregunta: “Cómo es posible que un hijo pueda juzgar a su padre?” Pues bien, en este libro lo ha hecho. No se recuerda entre los hijos de otros controvertidos gobernantes, desasistidos ya de todo poder, alguno que haya asumido una actitud tan íntegra y decorosa, a la vez que desgarradora.
En este libro tan necesario y riguroso, Bill Gates expone un plan amplio, funcional y, sobre todo, asequible, para reducir a cero las emisiones de los gases causantes del efecto invernadero y evitar a tiempo una catástrofe medioambiental.
Bill Gates ha dedicado una década a investigar el cambio climático. Con la orientación de expertos en física, química, biología, ingeniería, ciencias políticas y finanzas, se ha centrado en determinar qué medidas debemos tomar para detener la carrera del planeta hacia un desastre ambiental irreversible. En este libro, el autor no solo reúne la información básica para que tomemos conciencia de la necesidad de eliminar las emisiones de los gases causantes del efecto invernadero, sino que también explica qué debemos hacer para alcanzar este objetivo tan importante.
Gates nos ofrece una descripción lúcida de los desafíos a los que nos enfrentamos. Aprovechando sus conocimientos en innovación y en lo que supone introducir nuevos conceptos en el mercado, nos detalla cuáles son los campos en los que la tecnología ya está ayudando a reducir las emisiones, cómo y cuándo se logrará que la tecnología actual sea más eficaz, dónde necesitamos dichos avances y quiénes están trabajando en estas mejoras tan necesarias. Por último, traza un plan práctico y específico para llegar a las cero emisiones, tanto con políticas gubernamentales como a título personal, implicando así a gobiernos, a empresas y a nosotros mismos en esta crucial misión.
Como advierte Bill Gates, cumplir el objetivo de las cero emisiones no será una tarea sencilla, pero sí está a nuestro alcance si seguimos sus pautas.