La política de no intervención promovida por Francia y Gran Bretaña durante la guerra civil española condicionó decisivamente el acceso a los mercados internacionales de armas por parte de la República. Mientras los sublevados se beneficiaban del suministro y colaboración, más o menos encubierta, de Italia, Alemania y Portugal, las autoridades republicanas se vieron obligadas a recurrir a intermediarios y al mercado negro y, en última instancia, fue inevitable una dependencia creciente de los suministros enviados desde la Unión Soviética.
El historiador Miguel Campos reconstruye los esfuerzos republicanos para superar, entre julio de 1936 y mayo de 1937, el absurdo estrangulamiento militar dictado por las potencias democráticas. De forma exhaustiva y documentada, se reivindica a los leales servidores de la República, cuyo éxito estuvo a menudo coartado por la desesperada situación bélica y la falta de pericia y conocimientos de algunos de sus enviados, víctimas del oportunismo de estafadores profesionales, traficantes turbios e incluso de emisarios oficiales que no dudaron a llenarse sus bolsillos. Además, Armas para la República reconstruye las maniobras de las redes y agentes de los sublevados y de los espías y diplomáticos de sus aliados para sabotear contratos e impedir por la fuerza muchas de las entregas. Una investigación capital para entender la innegable y decisiva dimensión internacional de la guerra civil española.
Una mirada a las guerras del siglo XX a través de los médicos que estuvieron en el frente.
La guerra civil española y la guerra de China contra Japón trascendieron sus fronteras. Para buena parte de la opinión pública mundial, eran la avanzadilla de los grandes conflictos ideológicos y militares contemporáneos. Algunos voluntarios internacionales decidieron implicarse directamente y compartir sobre el terreno la suerte de aquellas tierras hasta entonces en los márgenes del tablero global. Entre ellos, pocos tuvieron la relevancia del equipo internacional de doctores que, primero integrados en las Brigadas Internacionales favorables a la República española y después como colaboradores de la Cruz Roja China, destacaron por la continuidad de su compromiso ideológico y su sacrificio personal, por la relevancia de sus conocimientos médicos, por su significación individual y colectiva, y por la huella indeleble de aquellas experiencias en sus vidas. El investigador Carles Brasó Broggi recupera con documentación inédita de archivos de todo el mundo, la historia de estos médicos errantes, tanto durante su etapa en ambas guerras, como de sus trayectorias previas y posteriores, estrechamente ligadas a los movimientos internacionalistas, a la influencia comunista, a la Segunda Guerra Mundial y a la posterior Guerra Fría.
Los milicianos jiguaniseros se dispusieron a la lucha, y los hechos se desencadenaron. (…) Al llamado del Movimiento, el municipio de Jiguaní respondió con un alzamiento masivo de sus milicias como apoyo a la Huelga.
Entre los méritos del libro resalta su gran realismo, lo cual aumenta el valor testimonial de la obra, que es una contribución al conocimiento de la historia de nuestra nación. Fueron aquellos días, los de Baire, Contramaestre, Maffo, Jiguaní y todos los rincones del municipio, los que hicieron honor a su inmarcesible pasado mambí. «Sangre y dolor de abril. Jiguaní, 1958», apunta al valor ideológico que debe tener todo documento revolucionario. En él vemos cumplida la tradición literaria de mostrar la literatura de campaña para perpetuar la memoria histórica.