Alemania, 1945. El país está en ruinas. Muchas ciudades han sido reducidas a escombros, más de la mitad de la población está desplazada, lejos de sus hogares, viviendo entre ruinas. Haber escapado de la muerte deja a algunos en un estado de apatía, mientras que a otros les proporciona una alegría de vivir sin precedentes. Los sobrevivientes del III Reich necesitan justificar su silencio o su colaboración, olvidar su pasado reciente, empezar de cero, crearse una nueva identidad, y para ello recurren a cualquier coartada: el ocio alocado, las drogas, el sexo, el trabajo a destajo, también el robo y el saqueo, hay que continuar sobreviviendo... ¿Cómo pudo surgir de este caos, en apenas una década, una sociedad exultante y una economía eficiente? Harald Jähner explica este milagro mientras compone una historia de los hábitos y las mentalidades a una escala colosal.
Habitamos, según Jürgen Habermas, un «tiempo de transiciones» que solicita la intervención del pensador versado en la lectura de lo político, de sus claroscuros, incertidumbres y perspectivas de futuro. Muestra de ello es el presente conjunto de conversaciones, intervenciones y conferencias, continuación de la serie de sus «Pequeños escritos políticos», que revelan al filósofo preocupado por articular, a partir de la comprensión de la vida política, las herramientas conceptuales que fomenten la dignidad ciudadana y la conformación discursiva de una esfera pública. Las reflexiones de Habermas abarcan desde la cambiante situación de la política interior alemana (aún en tránsito desde Bonn a la república de Berlín) hasta los riesgos y retos de las transformaciones del Derecho internacional clásico en un derecho de ciudadanos del mundo, pasando por el debate sobre el futuro de Europa y la forma de su Constitución. Después de transitar por cuestiones como la corrupción política, la memoria histórica y el Holocausto, el conflicto de Kosovo o el euroescepticismo, el libro concluye con una conversación entre Jürgen Habermas y Eduardo Mendieta («Un diálogo sobre Dios y el mundo») que trata de la globalización y las nuevas formas de la conciencia religiosa en una era de universalismo ecuménico.
Escombros, ceniza y huesos, esto son los restos que a menudo nos encontramos al explorar un antiguo campo de batalla o las ruinas de una aldea, tierra arrasada que esconde miles de historias, desde los últimos suspiros de un soldado caído a los gritos ahogados de una familia asolada por la guerra. A menudo el rápido suceso de acontecimientos que comprendemos como historia nos ha entumecido a estas realidades traumáticas, desvinculándonos de la violencia y sufrimiento que abarca y que raras veces nos conmociona.
Solemos olvidar que detrás de la destrucción y la barbarie se encuentran personas, sus recuerdos y esperanzas silenciados por el filo de una espada; relatos humanos recurrentes que hacen de la historia algo palpitante y tangible.
Con la arqueología como herramienta, Alfredo González-Ruibal nos ayuda a afinar el oído, a escuchar estos susurros y descifrar sus relatos de violencia y agresión, acercándonos a la realidad sin los tintes opacos de la guerra o la ideología. Son precisamente estos últimos vestigios los que hablan con mayor elocuencia sobre nuestra naturaleza y su perturbadora inclinación a la destrucción.