«Este es sobre todo un libro de experiencias humanas», nos dice Max Hastings, autor de libros tan valiosos como Armagedon, Némesis y La guerra de Churchill, que ha querido culminar su carrera como investigador de la historia de la Segunda guerra mundial con una ambiciosa visión global, que se aparta de las que se han publicado hasta ahora por el peso que da a las experiencias vividas. “Hombres y mujeres de un buen número de naciones –nos dice- se han afanado por buscar palabras con las que describir lo que vivieron”.
Valiéndose de estos testimonios de quienes participaron en la guerra en los más diversos escenarios del planeta, Hastings enriquece el relato de bombardeos, batallas y crímenes de guerra con una dimensión humana que los transforma.
Posiblemente la obra más crítica de Elizabeth Hardwick, Seducción y traición es un retrato apasionado sobre las mujeres y la literatura. Una galería de escritoras inolvidables ?Virginia Woolf y Zelda Fitzgerald, Dorothy Wordsworth y Jane Carlyle?, así como una reflexión provocadora de obras como Cumbres borrascosas, Hedda Gabler y los poemas de Sylvia Plath. Una lectura que, en realidad, es un ajuste de cuentas con las relaciones entre hombres y mujeres, mujeres y escritura, escritura y vida.
Seis mil años de pan. Su historia sagrada y profana fue publicado originariamente en inglés en 1944 y sigue siendo hoy en día, pese a los años transcurridos, una obra que no ha perdido actualidad y ha sido a menudo reeditada. Se trata de una monumental historia del pan, el alimento del hombre más difundido y antiguo, a lo largo de más de 6.000 años, contada bajo todo los puntos de vista posibles: el histórico, el cultural, el religioso, el tecnológico… Incluso la cábala y el misticismo encuentran su lugar en estas páginas informadísimas y sutiles por vez primera presentadas al lector español. Heinrich Eduard Jacob (Berlín, 1889-1967) fue un periodista y escritor alemán especialmente activo durante los años de entreguerras. Cultivo exitosamente la narrativa y el teatro la biografía y estuvo también muy interesado por el música y cine. A causa de sus actividades antinazis fue detenido e internado, tras la anexión de Austria, donde residía, en los campos de concentración de Dachau y Buchenwald y le fueron confiscadas todas sus pertenencias. En 1939, gracias a su esposa, consiguió llegar a los Estados Unidos, país en el que vivió y trabajó hasta 1953 en que regresó a Alemania.