La tecnología de Silicon Valley está transformando nuestra manera de trabajar y Uber es el líder en este proceso: una startup norteamericana cuya tecnología prometía ofrecer el espíritu emprendedor a las masas. Pero lo que Uber hizo en realidad fue construir un nuevo modelo de empleo utilizando algoritmos y plataformas digitales. Al cambiar drásticamente nuestra comprensión del trabajo en la era digital, Uberland pinta un futuro en donde cualquiera de nosotros puede ser dirigido por un jefe sin rostro.
El lenguaje aparentemente neutral de la tecnología oculta la poderosa influencia que tienen los algoritmos en la nueva economía. A través de un estudio de cuatro años, Uberland registra las historias de conductores en más de veinticinco ciudades en Estados Unidos y Canadá, e ilumina sus condiciones de trabajo al mostrarnos cómo se sienten sentados al volante.
Este libro explora asimismo la poderosa influencia de Uber a lo largo del mundo. La compañía de mil millones está metida en todas partes: desde los debates sobre abusos sexuales, pasando por las regulaciones del transporte, hasta las campañas de igualdad racial y las iniciativas sobre derechos laborales.
Helen Vendler, una de las críticas de poesía más autorizadas, analiza cómo cinco grandes poetas modernos estadounidenses, al escribir sus últimas obras, intentan encontrar un estilo que haga justicia tanto a la vida como a la muerte. Al no disponer ya de los consuelos religiosos tradicionales, estos poetas deben inventar nuevas formas de expresar la crisis ante la muerte y la paradójica coexistencia de un cuerpo en decadencia y una conciencia intacta. En La roca, Wallace Stevens escribe narraciones simultáneas de invierno y primavera, en Ariel, Sylvia Plath presenta el melodrama con una fría formalidad y, en Día a día, Robert Lowell resta plenitud. En Geografía III, Elizabeth Bishop queda atrapada y liberada, mientras que James Merrill, en El rocío de la sal, crea una serie de autorretratos mientras muere, representándose a sí mismo con cosas como un árbol de Navidad.
Si sentimos un escalofrío cuando Elon Musk, ebrio de victoria, esgrime el saludo fascista ante millones de personas, es porque de algún modo todos entendemos lo mismo: el orden del mundo está cambiando. Aquellos que hace una década se reducíana pequeños grupos aislados hoy han alcanzado el poder. Figuras como Trump, Milei o los tecnoligarcas son nuestro presente y probablemente sean nuestro futuro. Pero ¿cómo nos explicamos su ascenso meteórico?Por más que a muchos nos sorprendan, las ultraderechas son para Jorge Alemán el síntoma de una época que, carcomida por el capitalismo, ha perdido la fe en cualquier proyecto colectivo.