Ver como
Ordenar por
Mostrar por página
Imagen de UN VERANO CON RIMBAUD
995

UN VERANO CON RIMBAUD

El viaje con el que arranca este maravilloso libro evoca la primera de tantas fugas de Arthur Rimbaud, en 1870, huyendo de su madre. Para el autor de Iluminaciones y Una temporada en el infierno, la vida se organiza en movimiento, el estado supremo de la poesía. Sylvain Tesson, que comparte con él la naturaleza inquieta del caminante, sigue los pasos del enfant terrible desde sus primeros versos en latín hasta las ansias de aventura que lo condujeron a Abisinia. Rimbaud se movió sin descanso, cambiando constantemente de punto de vista. Escapó de las Ardenas, pasó por salones parisinos de los que no quiso formar parte, persiguió el amor en Bélgica, vagó por Londres y se aventuró a morir en las pistas de tierra africanas. Un verano con Rimbaud recorre paisajes reales e imaginarios y se adentra en expresiones y versos del poeta como su conocido «yo es otro», que permite reflexionar sobre la escisión del sujeto moderno, o su famoso poema de las vocales. Tesson comprende como nadie su necesidad de desplazarse, propone una interpretación sutil y elegante de sus versos y aviva en el lector el deseo de conocer o reencontrarse con una obra escasa pero salvaje.
995
Imagen de UN VERANO SOFOCANTE
1,550

UN VERANO SOFOCANTE

Esta joya inedita en español, con todos los ingredientes de una buena novela, sigue la vida de grupo de artistas en el Londres victoriano. "Brillante. Muy original en su forma y en su montaje narrativo de escenas cruzadas". Julian Barnes "Un experimento jamás superado en el arte de la biografía". The Guardian Junio de 1846. Mientras Londres languidece bajo una ola de calor (la insolación ataca, la carne se pudre y el hielo es un bien muy codiciado), un glamuroso círculo de escritores y artistas pasan el verano bebiendo, cenando y opinando.
1,550
Imagen de UN VIAJE ALUCINOGENO
1,750

UN VIAJE ALUCINOGENO

Berlín, 1945. El Oficial de Control de Narcóticos Arthur J. Giuliani llega del sector estadounidense de la ciudad con la tarea de restablecer el orden en las calles de la antigua capital del Reich. Por todas partes son aún visibles las heridas abiertas por las bombas británicas, americanas y rusas, y en este paisaje desolador cada vez más gente recurre al uso de sustancias psicoactivas. Si hasta hace poco habían sido los estimulantes y los sedantes los que habían enfrentado a la sociedad con el problema de su regulación, en 1943 apareció en escena un nuevo tipo de droga, los alucinógenos, cuando el joven químico Albert Hofmann descubrió accidentalmente el LSD en los laboratorios de Sandoz en Basilea. Cinco años más tarde, el Dr. Henry Beecher, profesor de Harvard, empezó a trabajar con el gobierno estadounidense para investigar el uso que los nazis hacían primero de la mescalina y luego del LSD como "suero de la verdad". Esta investigación allanó el camino a la mayor operación de inteligencia estadounidense para estudiar técnicas de control mental: MKULTRA, el infame programa de experimentos llevado a cabo por la CIA en los años 50 y 60, que utilizó LSD y métodos de tortura y manipulación mental para extraer confesiones. MKULTRA, que se creó con el objetivo de aniquilar a los enemigos comunistas de Estados Unidos y luego para imponer la manipulación masiva de la conciencia a toda una generación de estadounidenses, acabaría configurando la política antidroga estadounidense durante más de medio siglo.
1,750