Venimos al mundo para habitar un escenario y representar como actores un guion escrito mucho tiempo atrás, en un pasado que nunca es definitivamente pasado. El escenario de nuestra vida es el mundo interpretado a través del lenguaje y de unos rituales y gestos heredados, y en el que la presencia espectral de los ausentes nos acerca al vértigo de un abismo que a la vez nos atrae y nos repele. A pesar de nuestro empeño por aferrarnos a certezas, y a toda suerte de referencias vitales fijas y estables, siempre nos acecha la experiencia de lo sombrío y lo inhóspito. Porque tal vez no seamos otra cosa que la trama de historias y relatos que nos contamos a nosotros mismos, Joan-Carles Mèlich reivindica en este espléndido ensayo la vida entendida como representación o drama, es decir, abierta al dolor y el abandono, pero también a la transformación constante y a la sorpresa de lo imprevisible. Y más allá del Sentido, la Razón y el Logos que la metafísica tradicional nos proponía como consuelo y guía, esta obra nos habla de un yo corpóreo, vulnerable y de naturaleza ficcional, pero que, como Molly Bloom al final del Ulises, se atreve a decir, incuestionablemente, sí.
Aunque hoy casi nadie lo recuerde, Marcel Proust escribió En busca del tiempo perdido, gracias a una extraordinaria capacidad de percepción que le permitió ver lo que nadie pudo. Sus contemporáneos lo consideraron un «médium despierto» y hablaron de él en términos que hoy lo vinculan a los fenómenos psíquicos. Este hecho demostrado en las páginas de este estudio fue silenciado por la crítica literaria... hasta ahora.
Telepatía, clarividencia y premonición son temas que impregnaron la mirada de una de las más grandes obras de su tiempo. El poder evocador de nombres, lugares y cosas, incluso su proyecto de viajar en la memoria para encontrarse con el origen de todo, se desvela como la aventura de una conciencia expandida. El escritor y las ciencias psíquicas reivindica esa capacidad, la contextualiza y aporta una visión más completa que nunca de la mente de Proust.
El hombre que lideró una rebelión de esclavos para crear una nación
En 1791, en plena efervescencia revolucionaria, los esclavos de la colonia francesa de Saint-Domingue —actual Haití— se rebelaron contra sus amos e iniciaron la primera y única rebelión de esclavos en la historia del mundo que triunfó y dio origen a una nueva nación. Bajo el carismático liderazgo de Toussaint Louverture, apodado el Espartaco Negro, el pueblo haitiano acabó conquistando su libertad. El Espartaco Negro narra la épica lucha de Toussaint Louverture por la independencia de Haití. Nacido en la esclavitud, la historia del poliédrico líder es una historia de superación frente a todas las circunstancias. Gracias a la vibrante narración del galardonado historiador Sudhir Hazareesingh, que incorpora fuentes inéditas y novedosas perspectivas, conoceremos de primera mano su formidable ascenso: su juventud como esclavo, su papel en el primer estallido revolucionario de 1791, su fugaz alianza con los españoles en la búsqueda de la libertad para los esclavos, su adhesión a las fuerzas y valores de la naciente República Francesa, su papel capital en la independencia de Haití y su fin en una prisión francesa. Mientras nos sumergimos en un maremágnum de acontecimientos, descubriremos a un hombre y un pueblo enfrentados a las fuerzas dominantes de su tiempo: la esclavitud, el imperialismo y el racismo. Esta es la historia de la Revolución haitiana, contada a partir de su principal protagonista.