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La estrella de cine nominada a los Óscar que cautivó al mundo con Juno comparte al fin su verdad. «¿Puedo besarte?». Faltaban dos meses para el estreno mundial de Juno y Elliot Page estaba en su primer bar queer. El calor del verano pesaba a su alrededor mientras miraba a la chica. Y entonces ocurrió. Delante de todo el mundo. Una experiencia incomprensible. Allí estaba él, a punto de descubrirse como una persona queer, como una persona trans. Se aproximaba cada vez más a sus deseos, a sus sueños, a sí mismo, sin la represión con la que había cargado durante tanto tiempo. Pero, para Elliot, dar dos pasos adelante siempre implicaba retroceder otro más. Con el gran éxito de Juno, Elliot se convirtió en uno de los actores más queridos en todo el mundo. Sus sueños se hacían realidad, pero la presión de actuar lo asfixiaba. Se vio obligado a interpretar el papel de joven y brillante estrella, algo que le ponía la piel de gallina, dentro y fuera del plató. La carrera que lo había ayudado a escapar de su realidad a un mundo imaginario se tornó de repente en una pesadilla.
«Me pasé un año en Berlín explorando las vidas de mi abuelo y mi padre: Kurt Wolff, apodado ?quizás el editor más exigente del siglo xx? por The New York Times Book Review, y su hijo Niko, que luchó en la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial antes de venir a América.
Basándome en cartas familiares, fotografías y diarios nunca antes publicados, Páginas de vuelta a casa, narra los viajes de estos dos hombres nacidos en Alemania que se convirtieron en ciudadanos estadounidenses, a la vez que es mi oportunidad de contar una historia familiar íntima; un entramado de los peligros, los triunfos y los secretos de la historia y el exilio, con resonancias en la actualidad.»
Desde Noruega hasta la Pampa y desde Canfranc hasta Madagascar recorriendo también la India, la Costa Este de EE UU, Irán y Uzbekistán y muchos otros fascinantes rincones del mundo, Paisajeros es un libro de crónicas escrito con la convicción de que viajar en tren es la mejor manera de conocer un destino a través de sus paisajes y su gente.
Paisajeros es la lectura perfecta para descubrir tanto lugares como personas, para curiosear y para filosofar y para sumergirse, en definitiva, en la experiencia de viajar a través de las páginas de un libro para disfrutar de la mejor literatura de viajes.
Ampurias, Santiago de Compostela, Sevilla, Cádiz, Estella, Barcelona, Madrid, Melilla, Ermua y otros muchos pueblos y ciudades de España conservan las huellas de los que allí vivieron, lucharon, construyeron, amaron, rezaron y, en definitiva, han protagonizado la historia de España. Fernando García de Cortázar narra lo que ocurrió en cada uno de esos paisajes y conforma, pieza por pieza y con una capacidad evocadora que nos traslada a cada escenario, el puzle de nuestra historia desde los primeros asentamientos fenicios hasta el momento actual.
Ampurias, Santiago de Compostela, Trujillo, Valladolid, Cádiz, Estella, Barcelona, Melilla, y otros muchos pueblos y ciudades de España, conservan las huellas de los que allí vivieron, lucharon, construyeron, amaron, rezaron y, en definitiva, han protagonizado la historia de España. Fernando García de Cortázar evoca los sucesos que tuvieron lugar en cada uno de esos paisajes y conforma, pieza por pieza, el puzle de nuestra historia desde los primeros asentamientos fenicios hasta el momento actual.
A lo largo del siglo xx, el comunismo tomó el poder en Europa del Este y rehizo las ciudades a su imagen y semejanza. Destruyendo la planificación urbana del pasado imperial, se propuso transformar la vida cotidiana. Los amplios bulevares, los épicos rascacielos y las vastas urbanizaciones fueron una declaración enfática de una idea no capitalista. Ahora, los regímenes que los construyeron han desaparecido, pero de Varsovia a Berlín, de Moscú a la Kiev posrevolucionaria, los edificios, su legado más evidente, permanecen. Hatherley, un brillante e ingenioso crítico urbano, nos propone un viaje al mundo perdido de la arquitectura socialista. Muestra cómo se ejercía el poder en estas sociedades, rastreando los bruscos y repentinos zigzags del estilo arquitectónico oficial comunista: el rococó supersticioso y despótico del alto estalinismo, con sus monumentos conmemorativos patrioteros, sus palacios y sus castillos secretos para policías; la obsesión de Alemania del Este por los paneles prefabricados de hormigón; o los metros de Moscú y Praga, una espectacular reivindicación del espacio público que fue más allá de lo que cualquier vanguardia se atrevió a hacer. Es una historia íntima de la Europa comunista del siglo xx contada a través de sus edificios, pero también una importante reflexión sobre el poder y lo que este hace en las ciudades.
Tras más de veinte años escuchando con empatía los testimonios -terribles y hermosos- de sus pacientes, el psiquiatra Guillermo Lahera narra en Las palabras de la bestia hermosa, a través del desarrollo de siete casos clínicos, en qué consisten y por qué se producen los principales trastornos mentales y cómo estos definen los aspectos esenciales del ser humano.
Con una prosa tan rigurosa como ágil, que recuerda al mejor Oliver Sacks, Lahera nos descubre un cerebro social, interconectado, narrativo y permeable, una máquina falible de contar historias y de construir la realidad, muy alejada de la idea de simple ordenador biológico o procesador de información. Son los relatos de quienes han pasado por su consulta los que nos revelan sus mecanismos. Y quizá, al llegar a la última página de este libro, algún lector detecte signos de alarma, factores de riesgo y, sobre todo, comprenda que la lucha secreta con la enfermedad mental representa una forma excelsa de humanidad.
¿Sabía usted que los romanos tenían más de sesenta formas de decir 'puta'? ¿No habrá alguna relación entre la palabra 'fuelle' y la palabra 'follar'? ¿Si a usted la llaman 'pelleja', la están insultando o le dicen una palabra etimológicamente afectuosa? ¿Qué tienen que ver el 'fornicar' con una prostituta y la 'hornacina' donde se pone la estatua de una virgen? ¿De dónde viene las palabras 'caca' y 'mierda'? ¿Cómo estaría formada anatómicamente, en la antigua Pompeya, una señorita 'culibonia' ? ¿A quién prefiere usted, a un 'proxeneta' o a un 'xenófobo'? ¿Cuántas faltas de ortografía hay en la expresión "¡Por uebos!"? ¿Había pensado usted alguna vez que las bellas 'orquídeas' tienen un par de cojones?