Una advertencia sobre la amenaza que el poder de EE. UU representa para el futuro y los mitos nacionales que lo respaldan.
El mito del idealismo americano ofrece una introducción oportuna y exhaustiva a las incisivas críticas del poder estadounidense que han convertido a Noam Chomsky en un “fenómeno global,” uno de los intelectuales públicos más importantes de todos los tiempos. Examinando la historia de la actividad militar y económica de EE.UU. en todo el mundo, Chomsky y Nathan J. Robinson analizan vívidamente cómo la búsqueda estadounidense de la dominación global ha causado estragos país tras país, sin, irónicamente, hacer a sus ciudadanos más seguros. Además, exploran cómo las élites dominantes han promovido mitos interesados sobre el compromiso del país con “la difusión de la democracia,” mientras persiguen una política exterior imprudente que beneficia a unos pocos y pone en peligro a muchos. Examinando la proliferación nuclear y el cambio climático, muestran cómo las políticas estadounidenses siguen exacerbando las amenazas globales. A la vez exhaustivo y devastador, urgente y provocador, La farsa del idealismo americano brinda una entrada altamente legible a las conclusiones a las que ha llegado después de toda una vida de reflexión y activismo.
Profesor emérito de Oxford, Archie Brown pone a los dirigentes mundiales en su contexto histórico; los distingue entre reformistas, transformadores, revolucionarios o totalitarios, y se pregunta, en fin, quiénes son los mejores. Desde Adenauer al Dalai Lama pasando por Atatürk, Napoleón, De Gaulle, Churchill, Roosevelt, Stalin, Castro, Hitler. Y mujeres como Thatcher, Merkel, Benazir Bhutto o Eva Perón.
Un cuarto de siglo después de su publicación en los Estados Unidos, la aparición de la versión española de la obra de Pocock constituye un acontecimiento intelectual de primera magnitud por dos motivos: por un lado, supone un excepcional ejemplo de investigación sobre la gestación del discurso republicano en Maquiavelo, en Harrington y en los padres de la independencia americana, construido desde la contextualización del discurso propia de la Escuela de Cambridge (Laslett, Dunn, Skinner), de la que Pocock es el principal referente; y, por otro lado, significa una magnífica respuesta al desafío que globalización y postmodernidad oponen a la conciencia histórica, articulada desde un replanteamiento de la categoría de tiempo privativa del viejo Occidente. La propuesta de Pocock entraña una vuelta a la política e implica una decidida toma de postura en un momento en que la democracia constitucional se halla inmersa en una crisis que sólo la fortuna sabe en que parará.