Henry Kissinger, uno de los principales estrategas políticos del siglo xx, analiza en este nuevo libro los perfiles de seis de los líderes mundiales más fascinantes e influyentes del pasado reciente: Konrad Adenauer, Charles de Gaulle, Richard Nixon, Anwar Sadat, Lee Kuan Yew y Margaret Thatcher.
Todos ellos se formaron en un periodo en el que las instituciones establecidas se derrumbaban en Europa, las estructuras coloniales daban paso a estados independientes en Asia y África y hubo que crear un nuevo orden internacional a partir de los vestigios del anterior.
Kissinger repasa el camino de De Gaulle para reconstruir la Francia postimperial, la rehabilitación llevada a cabo por Adenauer de una Alemania devastada por la guerra o el éxito del experimento de la pequeña ciudad Estado de Lee Kuan Yew en Singapur. El análisis de estos procesos sirve para mostrar las estrategias de gobierno de unos líderes que, impulsados por un alto sentido de Estado, se propusieron posicionar a sus respectivos países en el centro del tablero político mundial.
La perspectiva del autor no tiene parangón: es la de un historiador de primer orden que conoció y estuvo implicado en los acontecimientos que se relatan. La experiencia como alto representante público, el conocimientopersonal de los protagonistas y la carrera política de Kissinger enriquecen un libro que atestigua cómo la combinación del carácter de los personajes y las circunstancias de cada situación es lo que acaba dando forma a la historia.
profeta, maestro, guru y amigo fue Tony de Mello para muchos hombres y mujeres que en cinco continentes escucharon sus charlas y leyeron sus libros. Unos conocían una faceta de él, otros otra. El propio Tony cambiaba constantemente sus puntos de vista, y siguió ensanchando los horizantes de su alma hasta el momento de su muerte.
Establecer límites claros es esencial para obtener un estilo de vida sano y balanceado.
¿Está su vida sin control?¿Siente que la gente le utiliza?¿Le es difícil decir que no? ¿Está desilusionado con Dios por falta de respuesta a sus oraciones? Un límite es una línea de propiedad personal que marca las cosas de las que somos responsables. En otras palabras, límites es lo que define quiénes somos o quienes no somos. Los límites afectan diferentes aspectos de nuestras vida:
Los límites físicos nos ayudan a determinar quién nos puede tocar y bajo que circunstancia.
Los límites mentales nos dan la libertad de tener ideas y opiniones propias.
Los límites emocionales nos ayudan a tratar con nuestras propias emociones y a librarnos de las emociones dañinas y manipuladoras de otros.
Los límites espirituales nos ayudan a distinguir entre la voluntad de Dios y la nuestra y nos dan temor de Dios.
Cierto es que el Derecho de información y libertad de expresión del pensamiento tienen limites y lo confirma el impresionante paseo por todos los sistemas de civilización donde el Derecho ha logrado sentar sus bases, cuya existencia nos da a conocer a través de las diferentes naciones caracterizadas por dejar establecidos sus esquemas jurídicos.
Los años 1857-1858 fueron particularmente vibrantes y fecundos en la evolución intelectual de Marx. Fue en la década de 1850 –que arrancó, tras las revoluciones frustradas de 1848, con el exilio y la radicación definitiva de Marx en Londres y en la British Library– cuando profundizó en el estudio de la economía política y cimentó su trayectoria posterior, comenzando por la que a la postre sería su obra más influyente publicada en vida, el libro I de El Capital (1867).
Sócrates no solo sabía que ignoraba toda técnica para acceder al bien y al Dios. Precisamente sabía que la ignoraba porque entendía de amor; y como entendía de amor, entendía de muerte. La sabiduría socrática es siempre, por lo menos, muy difícil de superar. ¿Acaso en nuestro tiempo se la ha dejado atrás definitivamente? ¿No ocurrirá que todavía tiene que enseñarnos lo que solo hoy, devastado el mundo en formas que antes no se pudieron imaginar, podemos aprender?
Tal vez por ello sea preciso volver a hacerse niño, para escuchar y mirar de nuevo los temas que mueven el corazón humano: el amor a los padres y a los amigos (philía), el amor que nace de la atracción (eros), amores ambos que tienen que ver con la caza filosófica y confrontan con la alteridad de los otros.
Se entra en la amistad y en el amor erótico sin saber cómo, no guiados por la conciencia o los conceptos, y menos aún por la filosofía. Pero nada obliga a suponer que la evolución de eros y philía tenga que conservar esta condición. El ser humano es también afán de claridad, afán de control de sí mismo; en definitiva, buscador de la virtud y la excelencia, que en la vida adulta a veces logra abrir a la trascendencia.