Carl Schmitt se ha vuelto familiar en los medios de comunicación, que han convertido la ya famosa distinción "amigo/enemigo" en un lugar común de triviales análisis políticos. Así ensombrecida, su obra, sin embargo, no ha dejado de crecer en influencia, y es un instrumento cada vez más útil para comprender las variadas y contradictorias dimensiones de lo político. Contra esos lugares comunes que hacen de Schmitt o bien el ideólogo del nazismo, o bien la referencia intelectual de los abundantes populismos que, a izquierda y derecha, se refugian detrás de sus teorías o son condenados por supuestamente abrevar en ellas, Rosler construye una interpretación original de enorme consistencia. En forma de un comentario a "El concepto de lo político", obra cumbre de Schmitt, pero sin limitarse a ella, se muestra aquí de qué modo el autor alemán, como buen hobbesiano, reivindica la soberanía estatal frente a los intereses corporativos (comunistas, fascistas o capitalistas) sin dejar de expresar su admiración por "los grandes liberales clásicos".
En su sistemático desmantelamiento de la falsa condición de árbitros mundiales de la democracia que se atribuye Estados Unidos, Estados fallidos es la crítica más centrada y urgente de Chomsky hasta la fecha.Estados fallidos son, para Chomsky, los que carecen de capacidad para proteger a sus ciudadanos de la violencia y se consideran más allá del derecho.Estados Unidos supone un peligro cada vez mayor para sus habitantes y el mundo en general, ya que sus propias instituciones democráticas atraviesan una grave crisis y sus políticas y prácticas sitúan el mundo al borde del desastre nuclear y medioambiental.
El Genji Monogatari, cima de las letras japonesa y obra maestra universal, nació alrededor del año mil en el refinado y sofisticado mundo de la corte imperial. Su autora concibió un colorido cosmos de relaciones humanas protagonizadas por apuestos príncipes y hermosas damas, que pueblan un escenario de elegantes palacios, suntuosos aposentos y delicados jardines, y definió los ideales morales y estéticos de la cultura japonesa.
A finales del siglo XIX, en un Japón que se modernizaba a marchas forzadas, Ogata Gekko buscó inspiración en el estilo clásico para su serie Cincuenta y cuatro capítulos del Genji. Estas exquisitas estampas publicadas entre 1892 y 1895 ilustran los episodios más célebres de la novela de Murasaki Shikibu y proclaman el indiscutible talento artístico de su autor.