A juicio de Thoreau, ningún gobierno, ni siquiera el democrático, está basado en la justicia, de modo que el ciudadano libre debe vivir de acuerdo con una ley superior; tiene el derecho y la obligación de retirar su apoyo al gobierno cuando este actúa de manera condenable, incluso si ello conlleva una pena: «Bajo un gobierno que encarcela a cualquiera de forma injusta, el lugar en el que debe hallarse al hombre justo es también la cárcel». Esta defensa de la conciencia privada e individual frente al gobierno de la mayoría, publicada por primera vez en 1849, recibió escasa atención en su día, pero en el siglo XX iba a ejercer una gran influencia en Tolstói, Gandhi y Martin Luther King, entre otros, así como en el movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos.
A pesar de que el concepto de dignidad humana sea probablemente el más básico del Derecho del Estado constitucional, los juristas no se han preocupado, hasta hace muy poco, por aclarar esa noción; en muy buena medida, eso se debe al predominio —en la teoría y en la práctica del Derecho—, también hasta fechas muy recientes, del paradigma iuspositivista, con su tesis de la separación conceptual (radical) entre el Derecho y la moral. Sobre la dignidad humana supone un intento de colmar esa laguna partiendo de una concepción postpositivista del Derecho que tiende a subrayar su carácter de práctica social, de actividad dirigida al logro de ciertos fines y valores, lo que lleva a entender las relaciones entre el Derecho y la moral en términos no solo de separación, sino también de continuidad.
Séneca, uno de los máximos representantes del estoicismo, plantea en Sobre la felicidad algunas de las cuestiones centrales de esta doctrina como el ideal de la felicidad del ser humano. De los numerosos ensayos sobre filosofía estoica que escribió Séneca en forma de cartas y tratados, el presente volumen reúne algunos de los más influyentes en la tradición occidental. A un primer grupo pertenecen los redactados en la sexta década de nuestra era, cuando, tras la muerte de Claudio, Séneca ofició como uno de los principales gobernantes del Imperio romano. «Sobra la brevedad de la vida» y «Sobre la constancia del sabio» se fechan en el año 55; «Sobre la vida feliz», en el 58. A ese grupo le siguen tres cartas «Sobre la felicidad», «Sobre el temor a la muerte» y «Sobre la filosofía» que forman parte de las Epístolas morales a Lucilio, escritas entre los años 62 y 64, cuando Séneca debió marcharse al exilio para refugiarse de la tiranía de Nerón. Séneca plantea algunas cuestiones centrales de la ética antigua como el ideal humano y sabio, el hombre y su relación con la naturaleza, y como la relación del placer con la virtud y la felicidad, concepto de tanta importancia en nuestros días.
Lucio Anneo Séneca, el gran maestro estoico, nos legó sus enseñanzas sobre el arte del vivir en los tres tratados que recoge este volumen. Son diálogos en los que, con un estilo directo, se tratan temas como la felicidad, el retiro del mundanal ruido, el desarrollo del tiempo o la relación entre placer y virtud.
Las siguientes páginas ofrecen un cúmulo de consejos para apartarnos del exceso y la negligencia, la ambición y la ligereza, la soberbia y el lucro... o recordarnos cómo es posible ser feliz sin deseo ni temor, tan solo gozando de la Naturaleza. Una guía vital conducida siempre por el gran motor del conocimiento y la curiosidad.
«Es feliz el que se contenta con lo presente,
sea lo que sea, y es amigo de sus cosas.»
En este libro se recogen las conversaciones que, durante más de veinticinco años, ha mantenido el Dalai Lama con uno de sus más queridos discípulos. En ellas Su Santidad muestra todas sus facetas: mentor personal, maestro en lo divino, líder terrenal, embajador del Tíbet, filósofo abierto al mundo, hombre versado en la sabiduría milenaria del budismo, experto en meditación... y también optimista incorregible. El carisma del Dalai Lama y la profunda empatía que siente por la curiosidad de su alumno ofrecen una valiosísima lección sobre cómo podemos encontrar la verdadera felicidad en nuestras vidas.
Sobre la Ilustración es la reunión de los tres fundamentales textos que Michel Foucault dedicó en los últimos años de su vida, entre 1978 y 1983, a la cuestión de la Ilustración. Con el replanteamiento de esa cuestión, y mucho más allá de una mera reflexión historiográfica, el autor francés lleva a cabo una profunda reflexión sobre el presente y la propia filosofía. Desplazados con respecto al «lugar postmoderno» en que algunos intérpretes han querido ubicar a Foucault, y sin hacer tampoco de la Ilustración una herencia que hubiera que preservar a toda costa, esos textos reivindican el carácter ilustrado y moderno de la filosofía que es posible y necesaria en la actualidad. Su condición de conferencias o seminarios hace de estos tres textos un ejemplo vivo del pensamiento foucaultiano aunque, a diferencia de otros de sus análisis concretos sobre la locura, el poder o la sexualidad, se encuentra en ellos un planteamiento explícito de carácter «metafilosófico» acerca del objeto, método y límites de la práctica filosófica, cuyo conocimiento es esencial para comprender el sentido general del proyecto filosófico de Foucault.