Para cultivar la comprensión del planeta y de nuestros semejantes, además de viajar, tenemos el recurso de la gran literatura. Hay un mundo que conocer y en el que perderse, y si nos dejamos guiar por la curiosidad, esta puede llevarnos a un viaje interior que nos cambie a mejor. El mundo es cada vez más pequeño: todos estamos más conectados y podemos explorar el planeta de formas que a nuestros antepasados ni se les habría pasado por la mente. Y, sin embargo, pueden verse divisiones por doquier. Cunde la desconfianza y las falsedades se propagan. Viajar puede ayudarnos a contrarrestar estas tendencias, al igual que lo puede hacer leer sobre las experiencias de otras personas en otras tierras y épocas.
La extraordinaria historia del final de la Segunda Guerra Mundial Desde los Alpes italianos hasta el norte de Alemania, pasando por Londres, Nueva York, Washington y Tokio, Victoria 1945 narra la historia del extraordinario verano en el que la mayor conflagración que el mundo había conocido terminó gracias a una serie de dramáticas rendiciones. En el 80.º aniversario de esos acontecimientos, los célebres historiadores James Holland y Al Murray exploran estas históricas capitulaciones. Mientras seguían los combates, empezaron las tentativas de rendición rodeadas de dramas, conspiraciones, traiciones, robos de obras de arte de incalculable valor, operaciones gigantescas de falsificación de moneda, intentos de golpes de Estado de militares japoneses para continuar luchando e increíbles acciones desesperadas por parte de nazis para tratar de librarse de la horca.
Son muy conocidas las Fábulas de Esopo, pero no ocurre lo mismo con su vida. Esta Vida de Esopo que tienes en las manos —suerte de novela picaresca y de aventuras construida con estampas— nos narra las andanzas de aquel esclavo feo y simpático que acabó convertido en filósofo. Una historia tan erudita como popular, con graciosos diálogos picados que se balancean entre la dialéctica pura, los ditirambos lingüísticos y los malabarismos con la lógica.
En la inmensa bibliografía mundial sobre Leonardo, faltaba una biografía definitiva sobre el genio de Da Vinci. Carlo Vecce colma esta laguna ofreciendo al lector el retrato más completo a través de descubrimientos inéditos, de nuevas perspectivas sobre su obra y de la voz de aquellos que le conocieron. Sus contemporáneos tienen aquí vida y sangre, y sus recuerdos trazan a través de los siglos el retrato más polifacético y más íntimo jamás escrito sobre la vida de Leonardo, marcada por la borrascosa relación con su padre, por sus amores secretos y sus dificultades para acceder a un mundo del arte al que le costó adaptarse. A todo ello, Vecce añade la voz del propio Leonardo, hecha de palabras e imágenes que fluyen en la escritura diaria de páginas en cuadernos, libretas y hojas sueltas en las que se relata a sí mismo, dando vida al mayor de sus inventos: una forma de comunicación global, entre la oralidad y la escritura, la palabra y la imagen, extraordinaria por su modernidad y a través de la que pretendía captar y representar la variedad y la transitoriedad de una naturaleza en perpetuo devenir. Una obra inmensa, proyección de una mente prodigiosa que, libre de todo esquema y prejuicio, deja abiertas todas las posibilidades y que hace de su biografía un auténtico canto a la libertad.
En este imponente ensayo, el catedrático de la Universidad de Hampton Krzysztof Sliwa ha construido el edificio de la que es, probablemente, la biografía crítica definitiva del autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Valiéndose de documentos pertenecientes al propio autor y de una vastedad de textos referentes a él, coetáneos y posteriores, Sliwa ofrece la posibilidad de acercarse a la vida del más universal de nuestros escritores. De este modo, las semblanzas del primer biógrafo, Gregorio Mayáns i Siscar (1738), el monumental estudio en siete volúmenes de Astrana Marín y los más recientes trabajos de Canavaggio y McCrory, entre otros, quedan integrados en Vida de Miguel de Cervantes Saavedra.
Teodoro de Sykeon fue un monje bizantino nacido en 530 y que vivió en Galacia (Asia Menor), donde también murió en 613. Hijo de una prostituta que prestaba sus servicios en la posta imperial de la localidad, se distinguió desde su juventud por las duras disciplinas a las que se sometió y por sus excepcionales dotes como exorcista. Pasó toda su vida luchando contra el demonio y liberando a personas, animales y hasta las cosechas de las enfermedades y males causados por el maligno, lo que le proporcionó una enorme popularidad. Consagrado obispo de una ciudad vecina a los dieciocho años, su fama hizo que fuese llamado varias veces a la capital del Imperio, Constantinopla, así como a otras ciudades, incluida Jerusalén, para poner sus dotes de exorcista al servicio de emperadores, patriarcas y altos cargos de la corte.