Este es un libro sobre puertas. Sobre las entradas a santuarios prehistóricos, a templos egipcios, griegos y romanos, a iglesias medievales, a fortalezas, palacios y villas, sobre qué las hace especiales y sobre cómo los seres humanos las hemos dotado de mensaje y simbolismo. Hemos levantado millones de edificios, de todo tipo, y siempre hemos colocado en ellos alguna puerta. Somos constructores de umbrales. La esencia misma de nuestra especie es el lenguaje y el movimiento, cada uno de nosotros es un viajero innato dispuesto a explorar lo desconocido y contarlo. Y es que toda puerta marca un tránsito. Los umbrales son un espacio híbrido, un momento entre dos realidades, la frontera entre dos mundos y dos estados. Las puertas están ligadas al cambio y a la evolución, pueden ser el vínculo entre el sueño y la vigilia, entre la luz y las tinieblas, pero también el paso de la vida a la muerte, de la ignorancia a la sabiduría.
Diarista de excepción, erudito y con sentido del humor, en la senda de Andrés Trapiello y Josep Pla; prosista capaz de conjugar gastronomía y literatura como digno sucesor de Néstor Luján y AJ Liebling, y periodista de inteligencia analítica, sofisticación y lucidez literaria, en la tradición de Azorín o Paul Morand, Ignacio Peyró saltó a la fama en 2014 por su inusual y exquisita anglofilia, gracias a su monumental Diccionario sentimental de la cultura inglesa. Ahora, en Un aire inglés, recoge artículos de tema británico publicados entre los años 2008 y 2021 en revistas como Ínsula o Vanity fair y diarios como El País o ABC. No es casual que, a la mitad del camino entre ambos años, se publicara Pompa y circunstancia. Este volumen, en el espíritu anglo que va de la Suite inglesa de Julien Green a las Cosas inglesas de Patrick Mauriès, recoge algunas de las inquietudes primeras que cristalizarían en aquel libro, al tiempo que reúne piezas escritas a rebufo de su feliz acogida. El ideal es que Un aire inglés y Pompa y circunstancia se redondeen, en su lectura, el uno al otro.
La odisea de un grupo de republicanos por la Europa de los totalitarismos.
Mayo de 1945. El Ejército Rojo se halla a las puertas de Berlín. El caos impera en el corazón de Alemania. En ese mismo momento, treinta y cinco españoles republicanos, instalados en suelo alemán tras ser transferidos como trabajadores por el régimen de Vichy, asaltan la embajada franquista que los diplomáticos habían abandonado a su suerte, e izan por última vez en territorio español la bandera republicana. Sin embargo, los soviéticos, por órdenes desconocidas, no dudan en arrestarlos y enviarlos a la URSS como prisioneros. Será en el Gulag, a miles de kilómetros de su país, donde coincidan con otros españoles, miembros de la División Azul, que habían luchado en el frente ruso junto a los nazis.
Alfredo Morales, protagonista de esta magnífica historia, representa a todos aquellos hombres y mujeres que sufrieron la Europa de los totalitarismos. Hombres y mujeres que tras la Guerra Civil marcharon al exilio, vivieron en condiciones infrahumanas en los campos de concentración franceses, atravesaron un continente en guerra y terminaron recluidos en el terrible Gulag ruso, donde republicanos y falangistas, rojos y azules se vieron obligados a entenderse para sobreponerse al frío, el hambre y la muerte.
Una historia basada en hechos reales, que habla de la fraternidad, la solidaridad y el perdón entre hermanos para sobrevivir a la barbarie.
Cuando elegimos darle al Señor nuestros primeros momentos de la mañana, Él muchas veces nos entrega a cambio sorpresas y nos deleita. Un año con Dios al amanecer es una simple ofrenda matutina de ánimo que te ayudará a empezar tu día con el Señor y a reflexionar en una de las oraciones más hermosas que nos han dado en la Palabra de Dios: El Padrenuestro.
Cada escritura diaria sigue uno de los siete principales temas del Padrenuestro y está formada por tres secciones: la Palabra, una Escritura incluida para meditar; el Pensamiento, una reflexión sobre la Escritura o el tema del día, y una Oración, una plegaria que se ofrece para entrar en conversación con el Señor.
Adéntrate en las profundidades de las Escrituras y construye tu conexión personal con Jesús. Un año con Dios al amanecer te dará un tiempo dulce para meditar sobre las promesas de Cristo. Fortalecerá tu vida de oración y te ayudará a crecer en tu amor por el Señor y tu comprensión de Él.
Experimente un año extraordinario entre la gente real de la antigua Grecia viendo cómo se preparan para el evento más importante de su calendario.
Estamos en el año 248 a. C y los antiguos griegos esperaban con ansias los 133º Juegos Olímpicos. Celebrados cada cuatro años en honor a Zeus, rey de los dioses Olímpicos, los Juegos son el punto culminante del calendario antiguo y un evento tanto social como deportivo. En Un año en la vida de la antigua Grecia, pasearemos doce meses en compañía de un elenco diverso de personajes, entre ellos una esclava fugitiva, un diplomático, un velocista y una futura novia, asistiremos al drama y la emoción de la construcción olímpica a través de sus ojos y veremos como las ciudades-estado dejaban de lado sus diferencias políticas con la esperanza de ganar una corona olímpica.
LA INOLVIDABLE HISTORIA DE UN SOLDADO ADOLESCENTE EN LA GUERRA CIVIL
Una reivindicación de la memoria y el amor de nuestros abuelos, por «una de las 100 ilustradoras más influyentes del mundo» (Taschen).
«La visión de María Herreros es emotiva y contundente. A través de la memoria de su abuelo nos deja un relato sensible, de amor y desesperación, con imágenes potentísimas que se quedan en nuestra memoria y para recordarnos el horror que supuso la guerra».
Paco Roca
Mi abuelo tenía diecinueve años cuando estalló la Guerra Civil. Se encontraba haciendo el servicio militar y le faltaban unas pocas semanas para regresar al pueblo y casarse con su novia, pero en su lugar, tuvo que marchar al frente y luchar con el bando republicano. Yo siempre me había hecho la pregunta de por qué era tan reservado. Hasta que un día encontré una caja: en ella guardaba el diario de su paso por la guerra, donde contaba sus vivencias como miembro de un ejército formado por cientos de adolescentes que tuvieron que enfrentarse a las experiencias más aterradoras. También describía las escenas de compañerismo y la vida de campaña: comer ratones, afeitar a los compañeros, cuidar de las gallinas Libertad y Pasionaria, celebrar bailes al llegar a los pueblos y escribir cartas de amor a Rosa, mi abuela.