Vigilando el ascenso de la extrema derecha y admirando la sexualidad, ojeando unas páginas de poética francesa o contemplando el diseño de interiores, viendo las narraciones del cine y descubriendo el espíritu de la infancia, escrutando los discursos y creencias de la astrología o atisbando el trasiego en los hoteles: siempre que Theodor W. Adorno dirige su mirada hacia cualquier arista de la realidad, consigue transformarla, destilando de ella un pequeño fragmento con el que poner en marcha el pensamiento.
En Minima moralia, texto a medio camino entre el ensayo y lo literario, Adorno nos enseña su lúcida escritura, en la que el pensar resulta indisoluble del vivir, y nos desvela su mejor y más elevado legado crítico: el arte de resistir.
Los textos reunidos en la presente obra, escritos entre 1969 y 2011, ofrecen una visión de conjunto de la trayectoria intelectual de Manuel de Solà-Morales. El reputado arquitecto y urbanista cultivó una fertil obra ensayística en la que propuso nuevas aproximaciones a cuestiones aparentemente superadas, a menudo incluso acríticamente despreciadas, discriminando los distintos usos, concepciones, materiales, sistemas y valores que conforman la ciudad. En sus diversos artículos, contribuciones a volúmenes antológicos, prólogos, conferencias, notas y otros textos de diversa índole, Solà-Morales forjó una interpretación del fenómeno urbano abierta y fragmentaria, sensible a los tiempos y usos del espacio, y atenta a la diversidad de actores que intervienen en su desarrollo; un legado extraordinario que Acantilado se complace en acercar a los lectores gracias a esta amplia selección al cuidado de Oriol Clos.
¿Qué es la belleza? ¿Necesita el universo ser bello?En un momento en el que parece haber quedado relegada al aspecto de las cosas y los seres,François Cheng nos introduce, siguiendo las grandes tradiciones de Oriente y Occidente, a una visión filosófica y ética de la belleza.A lo largo de los dos textos recogidos en este libro, el académico francés reflexiona en torno a la antigua convicción de que existe un lazo íntimo que une belleza y bondad, un viaje que abarca desde la representación de la santidad, pasando por la singularidad de la creación artística y la simbología de la pintura China, hasta las virtudes humanas que Confucio atribuía a las grandes entidades vivas de la naturaleza. Una invitación a renovar la mirada, a descubrir el pálpito estético que late en cada acción y la dimensión moral que se esconde en toda belleza.