El 18 de julio de 1936, el general Francisco Franco y otros altos mandos del ejército protagonizaron un golpe de Estado contra la Segunda República española. Al encontrarse con una gran resistencia popular, iniciaron una Guerra Civil. Fueron tres años terribles en los que murieron centenares de miles de personas. El ejército golpista, apoyado por los fascistas italianos y los nazis alemanes, ganaron la guerra, implantando una dictadura que duró cuarenta años. Durante los largos años del Régimen, se siguió luchando contra la dictadura de Franco, en una batalla muy desigual. Se luchó con huelgas, manifestaciones, organizándose desde la clandestinidad.
Todo el mundo habla de que la democracia está en crisis. Pero si esto es cierto, ¿se trata meramente de una crisis coyuntural, que una buena voluntad democrática podría solventar por sí misma? ¿O nos hallamos más bien ante una crisis estructural e interna de la democracia, que eclosiona en el contexto de las sociedades capitalistas modernas? ¿Es el capitalismo un motor de la democracia o, por el contrario, una amenaza para ella? ¿Qué caminos podemos recorrer hacia un futuro más democrático y más sostenible social y ecológicamente?
Dos acontecimientos de los años veinte marcaron profundamente el pensamiento político de Hannah Arendt. Al primero de ellos lo denominó el «shock filosófico» la filosofía de la existencia de Jaspers y de Heidegger y, al segundo, el «shock de la realidad» la consolidación del movimiento nacionalsocialista en Alemania, el surgimiento del totalitarismo. Ambas experiencias ponen en movimiento su necesidad de comprender, un intento incesante de traducir al lenguaje de la experiencia el peligroso y a menudo brutal choque del hombre moderno con los hechos.