La PNL (programación neurolingüística) ha demostrado que la mayoría de nuestras decisiones no son racionales, sino emocionales, y que si comprendemos el origen de nuestro comportamiento, podremos tomar mejores decisiones. Por otro lado, todos establecemos diferentes tipos de relaciones, tanto personales como profesionales, y si sabemos utilizar nuestra inteligencia emocional, podremos optimizar dichas relaciones y alcanzar más fácilmente nuestros objetivos. Este libro va dirigido a todas aquellas personas interesadas en mejorar sus habilidades sociales, ya sea a nivel personal como profesional, aportándoles una base sólida para que sean capaces de comunicarse más eficazmente y den así el primer paso hacia la satisfacción personal y la felicidad.
Supera tus luchas. Realiza tus anhelos más profundos. Toda tu vida te espera.
Hoy en día, muchas personas luchan con niveles de ansiedad, dolor, duda, culpa y vergüenza sin precedentes. Los profesionales de la medicina y la salud mental confirman que gran parte de la disfunción y la desconexión que experimentamos en la vida proviene de heridas relacionales y emocionales no resueltas. Estas heridas nos dejan con anhelos dados por Dios insatisfechos que tratamos de satisfacer mediante comportamientos y relaciones poco saludables. Sin embargo, nuestras luchas no son aleatorias; son señales que, cuando se atienden, pueden allanar nuestro camino hacia una vida próspera.
A lo largo de últimas décadas, la producción y el consumo de plástico han aumentado de una manera imparable, y esta situación se ha visto agravada a causa de la pandemia mundial de covid-19. En la actualidad, las toneladas de envases y bolsas realizados con plásticos de un solo uso acumuladas en los vertederos es tan elevada que supone un problema medioambiental inmanejable. Hay plásticos que no se pueden reutilizar y solo disolviendo su estructura, a través de calor y abrasión, es posible reciclar sus componentes; pero este proceso tiene grandes riesgos para la salud debido a la emisión de micropartículas que terminan en el aire que respiramos. Esto lo saben las empresas que producen plástico y las distribuidoras que lo utilizan, pero no parece importarles. Mediante campañas de desinformación tejidas de manera irresponsable por dichas empresas y sus lobbies pertinaces, el plástico se ha introducido progresivamente en la economía productiva.