Creado en 1944 por el jurista Raphael Lemkin, el término «genocidio» designa un tipo de crimen masivo por el que un grupo es destruido intencionadamente, de forma total o parcial, en nombre de criterios nacionales, étnicos, raciales o religiosos. El siglo XX, que empezó con la aniquilación de la población armenia y terminó con el exterminio de los tutsis en Ruanda y la "limpieza étnica" en la antigua Yugoslavia, dejando entre medias las grandes masacres de la era estaliniana, la tragedia de la Shoa y el exterminio de una parte importante de la población camboyana, bien puede llamarse "el siglo de los genocidios". En el presente libro Bernard Bruneteau analiza en detalle los casos del siglo pasado en que se puede aplicar el término, subrayando lo que considera su principal agente de incubación: el potencial de violencia acumulativa presente en algunas experiencias políticas, militares e ideológicas del siglo, como las matanzas derivadas de las conquistas coloniales, las teorías de la lucha por la vida que las sustentaron o la "guerra total" de 1914, que inauguró el encuentro de los europeos con la muerte en masa.
El siglo de la revolución nos propone revisar la historia de los cien años que han transcurrido desde la revolución rusa de 1917 para descubrir hasta qué punto el miedo obsesivo a la revolución condicionó mucho de lo que sucedió en el mundo en este tiempo, con respuestas tan diversas como la del fascismo o la del «reformismo del miedo» que, asociado a la gran mentira de la «guerra fría», hizo posible en las décadas que siguieron a la Segunda guerra mundial el desarrollo del estado del bienestar y una larga etapa de paz social. Todo cambió hace unos cuarenta años, cuando la decadencia de la Unión Soviética y la crisis de los partidos comunistas acabaron con los viejos miedos, y comenzó la reconquista del poder por las clases dominantes que ha acabado llevándonos a la situación actual de estancamiento económico y desigualdad social. El siglo de la revolución es un libro que, a través de la historia de los últimos cien años, nos da las claves para entender el mundo en que vivimos.
Una relectura de la intimidad en la Edad Media a través del arte románico.
Vulvas, partos, penes erectos y parejas en pleno coito pueblan las iglesias románicas de nuestra geografía repartidos por portadas, capiteles y canecillos. Estas imágenes sexuales, algunas de ellas muy explícitas, han generado estupor, sorpresa e incluso rechazo en nuestra contemporaneidad, dando lugar a todo tipo de explicaciones sobre sus intenciones y significado. Sin embargo, su proliferación y espontaneidad indican que, lejos de tratarse de una representación del pecado, como a menudo se han interpretado, mostraban una sexualidad mucho más abierta y acorde con la mentalidad de quienes promovieron la construcción de estos templos.
El libro demuestra cómo, entre los siglos XI y XIII, tuvo lugar una intensa lucha por el poder político en la que el sexo (o su ausencia) se convirtió en uno de los principales argumentos legitimadores de las élites sociales. Una batalla ideológica que dejó su huella en las imágenes sexuales románicas que desafían nuestra lógica actual.
En este iluminador ensayo, Gómez Pin desbroza la tesis reduccionista, con escrupuloso respeto de las disciplinas en las que esta busca apoyo, y propone razones para reivindicar la excepcionalidad del animal humano, el peso de nuestra frágil y abisal inteligencia: una inteligencia surgida de la vida, pero capaz de ser testigo de la misma y proyectar la forja de entidades que podrían ser homologables a ella misma. Por su ansia de contar y su empeño en dar cuenta de las cosas, el humano importa, es decir, se alza como el ser que cuenta.
«El cristianismo no se reduce a su legado histórico; constituye una fuente de valores que enriquece nuestra identidad, fortalece nuestra libertad e ilumina nuestro futuro».
En este ensayo, Rafael Domingo Oslé examina la relación entre el cristianismo y la cultura contemporánea desde una perspectiva crítica y reflexiva. En un contexto marcado por la secularización, la fragmentación social y la incertidumbre, plantea preguntas fundamentales sobre la relevancia de la fe. Sostiene que el cristianismo no solo proporciona respuestas a estas inquietudes, sino que también actúa como una luz orientadora que llena la vida de esperanza.
Apasionado defensor de la conciencia moral en la búsqueda de la verdad y la libertad, del poder transformador del perdón y de la fuerza unificadora de la belleza, Rafael Domingo argumenta que los valores cristianos tienen mucho que ofrecer a nuestra vida cotidiana y ejercen una influencia significativa en áreas como la política, el derecho, la economía, la filosofía y la ciencia.
El sentido del cristianismo se revela como una obra rigurosa y cautivadora que nos desafía e inspira. Nos recuerda que la fe, cuando se vive con sencillez y autenticidad, constituye un potente motor de transformación personal y colectiva.
Predrag Cicovacki nos invita a reflexionar sobre lo que da sentido a la vida. Su libro nos enseña que la teoría y la práctica, las ideas sobre la vida y los modos de vivir deberían ser inseparables. Del mismo modo en que hablar de la moralidad no debería separarse de practicar la virtud, hablar sobre el sentido de la vida no debería separarse de intentar vivirla con tanto sentido como sea posible. Examinar las vidas de las personas que más admiramos revela que vivir una vida con significado nunca puede ser una simple búsqueda de logros y éxitos individuales. El yo no es ni la realidad última, ni debería ser nuestra máxima preocupación. Nuestra búsqueda de un significado debe orientarse a algo mayor que nuestras vidas individuales, y lo que debemos discernir es qué son y qué no son verdaderos objetos de tal devoción. No podemos lograrlo solos.
Referente ineludible en la historia de las ideas, Berlin recorre magistralmente, en estos nueve ensayos, las ideas que han gobernado la historia europea durante los últimos tres siglos: nacionalismo, liberalismo y especialmente marxismo. Con el fin de extraer lecciones morales, Berlin se pregunta por qué los seres humanos tienden a admirar a hombres movidos por la ambición, los celos o la vanidad monomaníaca -incluidas figuras notables de la historia como Pedro el Grande y Napoleón-, y proporciona algunas respuestas, siempre reveladoras, en este estudio de las ideas. El sentido de la realidad incluye textos clave de quien ha sido considerado uno de los mejores ensayistas en inglés, y cubre un amplio abanico de temas: el realismo en la historia, naturaleza y el impacto del marxismo, la historia del socialismo, la radical revolución cultural llevada a cabo por los románticos, las nociones rusas de compromiso artístico, o la práctica y el origen del nacionalismo...
¿Qué significa ser libre? ¿Podemos siquiera demostrar que lo somos? Y si lo fuéramos, ¿por qué deberíamos subordinar nuestra libertad a una norma ética? Si el universo no manifiesta interés alguno en nosotros, ¿por qué debemos actuar moralmente?
Practiquemos o no el bien, la naturaleza seguirá su curso y continuará ciega ante los esfuerzos éticos de la humanidad. Por mucho que nos afanemos en escuchar su voz, su lenguaje resultará siempre ininteligible para nuestras aspiraciones, pues se basa en leyes matemáticas impersonales, fijadas en los inicios del universo y ajenas a cualquier preocupación por nuestra suerte y por el valor de nuestras acciones.
En este libro, Blanco intenta responder a estas inquietudes. La libertad emerge como la capacidad de crearnos a nosotros mismos, de construir, de legar algo al mañana y de ampliar los horizontes y las posibilidades de nuestra reflexión.
¿Qué nos hace humanos? ¿Y por qué no hay nadie como nosotros en la Tierra?
Durante millones de años, los seres humanos evolucionaron no solo enfrentándose a un entorno hostil, sino compitiendo entre sí. Esa doble presión —natural y social— es la que nos ha modelado hasta hacernos únicos. Desde la forma en que caminamos hasta cómo amamos, engañamos, enseñamos o imaginamos el futuro: todo en nosotros lleva el sello de una historia evolutiva tan extraordinaria como desconocida.
Juan Luis Arsuaga y Manuel Martín-Loeches, los mayores referentes en paleoantropología y neurociencia, se embarcan en una fascinante investigación sobre lo que nos distingue de los chimpancés y del resto de las especies. El resultado es un relato apasionante y riguroso que combina biología, psicología y cultura para responder preguntas esenciales:
¿Somos una especie inevitable o un accidente cósmico?
¿El ser humano ha terminado de evolucionar?
¿Y qué nos espera como especie?