El Mediterráneo es un mar aparentemente plácido sobre el que a menudo se ciernen negros nubarrones, un lugar de encuentro y a la vez de conflicto, cuna de los mitos clásicos y de las grandes religiones monoteístas, escenario de algunas de las más deslumbrantes creaciones de la humanidad y campo de batalla de terribles guerras. Con extraordinaria amenidad, José Enrique Ruiz-Domènec construye un elegante retrato del mundo mediterráneo desde la Antigüedad clásica hasta nuestros días que integra ideas y acontecimientos, figuras históricas y literarias, intrigas políticas y pasiones humanas, obras de arte y libros de una biblioteca del conocimiento universal.
De la muerte de Sócrates a Carlomagno, de Marco Polo a Napoleón y los sabios de Egipto, de Trieste a Israel, de la Barcelona olímpica a la guerra de los Balcanes,El sueño de Ulises es la gran obra de un maestro de la historiografía que, después de cuarenta años de estudio sobre el Mediterráneo y de diversos libros de éxito, presenta la síntesis definitiva de un crisol de civilizaciones que ha marcado el curso de la historia de forma indeleble a lo largo de tres mil años.
Con una habilidad narrativa fascinante, el autor ofrece una iluminadora reflexión sobre la importancia del legado mediterráneo en la cultura mundial, desde la guerra de Troya, que inspiró la poesía épica de Homero, hasta las pateras, que llegan hoy a nuestras costas y constituyen la imagen de nuestras peores decisiones. Un libro de historia para viajar al pasado, entender el presente y pensar el futuro.
Este singular libro parte de un breve viaje de su autor, y de un largo periplo como lector (el viaje a otros viajes) con el que Alejandro J. Ratia teje un cuadro polifónico en el que los caminos de sus personajes se entrecruzan. Se trata de un periodo (primera mitad del siglo XX) en que convivían la exaltación del exotismo y la crítica al modelo colonial, tiempos en que viajar hasta Tahití o Bora Bora no era ya aventura alguna, nada comparado a los relatos fundacionales de Bougainville, Cook y Wallis, cuando aquel país (anticipado por fabulaciones y poemas) apareció de repente como un sueño hecho realidad, una maravilla que corría el peligro de esfumarse al tocarla. Era el destino perfecto, paraíso del sexo, donde se vivía sin trabajar y la comida brotaba de los árboles.
De la cultura tahitiana aún quedaban los rescoldos cuando recalaron por allí Stevenson, Gauguin o Pierre Loti, pero el sueño polinesio se había reconvertido ya en un mito paradójico, respecto al espíritu explorador o el impulso predatorio. El universo mítico que rodea a Tahití, como viaje de ida y vuelta, será el destino perfecto no tanto del emprendedor aventurero como del soñador disoluto, preso de la tentación de la indolencia. Pocos de los personajes retratados por Ratia se decidieron a morir allí. Todos llegaron a tiempo de abordar una arqueología de la aventura. Tahití es ese lugar al que se planea viajar para encontrarse de vuelta en casa.
El liberalismo económico nunca ha sido una mera defensa de procesos sociales que ya estaban en marcha, sino que se ha sustentado en un multiforme y a menudo contradictorio conjunto de promesas futuras, teodiceas secularizadas, antropologías imaginarias o profecías disfrazadas de teoría racional: en definitiva, una panoplia de relatos utópicos. Leer el desarrollo del liberalismo como una sucesión de utopías nos devuelve a la compleja e inapelable realidad: mientras el río sigue ofreciéndonos su caudal de riquezas, los liberales nos las niegan, colocando en otro lugar, muy lejano, la posibilidad de liberarnos de todos los límites y constricciones que ellos mismos han erigido desde hace siglos. Quizás el capitalismo sea la única utopía.
En Francia la moderna literatura de viajes tiene un padre indiscutible: Pierre Loti. Un autor tan inusual y prolífico que ha contagiado la pasión por las cosas del mundo a más de una generación de escritores y viajeros, y no solo en Francia. Excesivo, barroco, amante de los disfraces y la heterodoxia, Álex Fraile sucumbió a la admiración por este personaje superlativo; a veces provocador, otras, extravagante o cínico, pero siempre rendido a los encantos de lo desconocido. Desde hace años Fraile ha ido visitando muchos de los lugares donde vivió el famoso marino y escritor francés, ya sea China, Japón, Turquía, Senegal, Camboya, Birmania o Madrid y Andalucía, donde pasó su luna de miel, sin olvidar el país vasco francés, donde murió.
Si El sofista es uno de los diálogos de Platón que más ha atraído a estudiosos y amantes de la Filosofía, ello está motivado tanto por su contenido y relevancia en el conjunto de la obra platónica, como por la influencia que, hasta nuestros días, ha ejercido en la conformación de importantes conceptos del pensamiento occidental. El diálogo, que plasma el desafío que representa "cazar" al sofista mediante las redes de la dialéctica, llega a la conclusión de que éste es un imitador que se mueve con total libertad en el ámbito de la falsedad y la apariencia, en contraste con el sabio y el filósofo, dedicados a la búsqueda de la verdad.
«Hace tiempo, en su clásico trabajo sobre la representación, Hanna Pitkin reconoció que no podemos entender plenamente la representación sin adoptar una perspectiva sistémica. Sin embargo, ni Pitkin ni yo, al abogar por un enfoque sistémico, profundizamos en el tema. Felipe Rey Salamanca ha elaborado ahora el trabajo definitivo hasta la fecha». Así introduce la profesora emérita de Harvard Jane Mansbridge esta obra.
Su autor nos sugiere que la democracia representativa como la conocíamos, localizada en las estructuras parlamentarias, ha dejado de existir. Rey introduce y desarrolla un concepto nuevo, el de los sistemas representativos, en los cuales la representación política es una práctica mucho más extensa que es ejercitada tanto en los órganos oficiales como en la esfera civil. El parlamento ha perdido el monopolio de la representación. La democracia parlamentaria está en su ocaso. Con rigor analítico y destreza argumentativa, Rey ha dibujado una nueva y refrescante teoría de la representación para entender mejor nuestros mundos políticos contemporáneos.
¿Por qué las mujeres son más vulnerables a padecer desórdenes psicológicos? ¿Por qué hay trastornos casi exclusivos de mujeres mientras otros prevalecen más en los varones? Erika Adánez responde a estas preguntas y defiende que lo que denominamos síntoma patriarcal se ubica en una encrucijada entre lo psicológico, lo social y lo existencial.
Una aproximación poética al arte de la meditación.
En el mundo de Chandra Livia Candiani, donde la palabra es imagen y poesía, meditar es quedarse quieto, seguir con paciencia la respiración y acogerla en silencio y con humildad; es seguir los movimientos de nuestra mente sin detenernos en los pensamientos sobre el pasado y el futuro, y dejar que pasen delante de nosotros como pájaros en un cielo vasto.
Meditar no consiste en crear un vacío a nuestro alrededor, sino en unir dos mundos: el de lo espiritual y el de lo cotidiano. Y entonces los gestos más ordinarios como cocinar, lavar, limpiar o leer pueden convertirse en formas de oración, en rituales que nos conectan en intimidad con nosotros mismos y lo que nos ocurre.
Escrito con una bella prosa poética, El silencio es algo vivo nos sumerge en un viaje hacia la práctica meditativa y nos demuestra que sembrar la meditación, así como la poesía, significa ante todo avivar la conciencia y reconocer que comprender es aprender a escuchar y esperar.
No hay un tiempo ajeno por completo al conflicto, en que la guerra no forme parte de la cultura: la arrastramos en nuestro pasado y su sombra se proyecta en el futuro como amenaza. Pero ¿qué es la guerra para quienes no la han vivido en carne propia? ¿Y de dónde sale el caudal de imágenes y relatos que nutren y configuran nuestro conocimiento del fenómeno? ¿Acaso son imparciales, no obedecen a ciertos códigos y propósitos? Éste no es un libro sobre la naturaleza de las guerras, sino sobre las representaciones que de ellas se han ofrecido en la literatura, las artes visuales y los medios de comunicación, a través de los cuales la memoria individual y la colectiva se entretejen. Más que un tema de investigación, se trata de un desafío intelectual: ¿cómo pensar y cómo decir la guerra? Antonio Monegal aborda algunas de las cuestiones que plantea el tratamiento de la guerra en nuestra tradición, desde la épica a la tragedia y la elegía, para intentar definir una ética de la representación capaz de hacer justicia a lo indecible.