Las palabras son los embriones de las ideas. Según qué palabras utilicemos así formaremos nuestro pensamiento. Por eso los vocablos que se emplean en la política, la publicidad, la literatura, el amor…..constituyen un elemento de poder, porque moldean la mente de quien los recibe. Se establecen en ella y condicionan su forma de sentir. Muchos intentan dominar esos mecanismos, conocedores de la seducción que ejercen las palabras, para manipular el pensamiento ajeno. Esta obra analiza con innumerables ejemplos cómo se manipulan hoy en día los vocablos para alterar la percepción que tenemos de la realidad, cómo se emplean su fuerza o su finura para engatusar a los demás. Algunas de esas trampas estaban presentes, por ejemplo, en el lenguaje de los nazis, y todavía sobreviven en los discursos que escuchamos ahora. Los ejemplos mostrados permiten averiguar a su vez los mecanismos que se repiten en estas manipulaciones, y también los vicios del lenguaje (casi siempre inconscientes) que tienden a ocultar la presencia de la mujer en el mundo con una maniobra de seducción general. Es ésta una obra que relaciona disciplinas hasta ahora separadas: la psicolingüística y la comunicación social. Y lo hace el autor con un lenguaje común, sin tecnicismos, con ritmo y amenidad, ahondando en todos los trucos. Muchos están a la vista, y, sin embargo, jamás reparamos en ellos.
Esta historia también empieza en un lugar de La Mancha. Allí, hace miles de años, surgió la primera sociedad hidráulica de nuestro continente. Mucho tiempo después la sed llenó esas tierras de vides, olivos y cereales. Entre ellos nació Virginia Mendoza, cuya historia personal y familiar está ligada sutil pero irremediablemente a la falta de agua. En este sorprendente libro recoge y conecta viejos y nuevos descubrimientos científicos con un sinfín de relatos heredados insólitos, emocionantes y llenos de vida que hablan de quiénes fuimos y quiénes somos hoy.
La sed nos persigue y nos impulsa, nos enseñó el arraigo y el desarraigo. Empujó a nuestros antepasados más allá de África y, decenas de miles de años más tarde, asentó a sus descendientes junto a los pocos ríos caudalosos que quedaban. Es posible que nos ayudara a inventar el pan, pero también nos hizo conocer el hambre. Asistió al origen de civilizaciones, y también a su colapso. Nos llevó a mirar al cielo, a unir estrellas, a crear dioses de la lluvia y a una curiosa convivencia entre la fe y la ciencia durante la Pequeña Edad de Hielo: mientras unos invocaban la lluvia con danzas y rogativas, otros fundaban disciplinas para predecirla, medirla y retenerla.
Escrito desde uno de los puntos menos lluviosos y más amenazados por la desertización de Europa, este libro nos conduce a un fascinante viaje por el mundo y la historia, así como por los retos a los que nos enfrentamos como especie. La sed nos une, nos divide y no ha dejado ni dejará de acompañarnos, pues somos agua en busca de agua.
Por primera vez en España, una administración abrió en 2021 un procedimiento sancionador a una psicóloga sevillana bajo la acusación de promover terapias de conversión para personas trans. Le ocurrió a Carola López Moya, después de haber sufrido una auténtica cacería de varias organizaciones que la denunciaron ante la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía, por unos tweets en los que afirmaba que «las mujeres trans son varones» o que «las cirugías de reasignación de sexo son un negocio que se lucra del malestar que produce el género».
Finalmente, la Junta archivó el expediente, ya que consideró que las opiniones de la psicóloga no constituían una infracción administrativa penada con multas de entre 60.000 y 120.000 euros, o incluso con la inhabilitación temporal. Pero esto le sirvió a Carola López para aprender cómo funcionan las campañas de acoso del transactivismo y las estrategias de manipulación sectarias que utiliza.