Predrag Cicovacki nos invita a reflexionar sobre lo que da sentido a la vida. Su libro nos enseña que la teoría y la práctica, las ideas sobre la vida y los modos de vivir deberían ser inseparables. Del mismo modo en que hablar de la moralidad no debería separarse de practicar la virtud, hablar sobre el sentido de la vida no debería separarse de intentar vivirla con tanto sentido como sea posible. Examinar las vidas de las personas que más admiramos revela que vivir una vida con significado nunca puede ser una simple búsqueda de logros y éxitos individuales. El yo no es ni la realidad última, ni debería ser nuestra máxima preocupación. Nuestra búsqueda de un significado debe orientarse a algo mayor que nuestras vidas individuales, y lo que debemos discernir es qué son y qué no son verdaderos objetos de tal devoción. No podemos lograrlo solos.
¿Qué significa ser libre? ¿Podemos siquiera demostrar que lo somos? Y si lo fuéramos, ¿por qué deberíamos subordinar nuestra libertad a una norma ética? Si el universo no manifiesta interés alguno en nosotros, ¿por qué debemos actuar moralmente?
Practiquemos o no el bien, la naturaleza seguirá su curso y continuará ciega ante los esfuerzos éticos de la humanidad. Por mucho que nos afanemos en escuchar su voz, su lenguaje resultará siempre ininteligible para nuestras aspiraciones, pues se basa en leyes matemáticas impersonales, fijadas en los inicios del universo y ajenas a cualquier preocupación por nuestra suerte y por el valor de nuestras acciones.
En este libro, Blanco intenta responder a estas inquietudes. La libertad emerge como la capacidad de crearnos a nosotros mismos, de construir, de legar algo al mañana y de ampliar los horizontes y las posibilidades de nuestra reflexión.
Estos dos breves tratados del renombrado cabalista Iosef Gikatilla (1248-1325) se centran en dos de los secretos cabalísticos más fundamentales: la serpiente del Génesis y el Hashmal del libro de Ezequiel.
Gikatilla fue alumno del mítico Abraham Abulafia, y estuvo en estrecha relación con Moisés de León, el presunto autor/recopilador del Sefer haZohar, así como con otros grandes cabalistas de su época. Como escribe el erudito Charles Mopsik, "La abundancia de sus escritos, que tocan todos los temas importantes, atestigua que en su época la Cábala ya era capaz de ofrecer una interpretación total del judaísmo y de plantearse como una alternativa creíble, no sólo a la filosofía, sino también a la exégesis literal y al formalismo legalista de la enseñanza rabínica clásica".
Ésta es la primera vez que el Sod ha Najash y el Sod haHasmal se traducen a una lengua occidental.