En esta magnífica guía, J. William Worden describe los mecanismos del duelo y los procedimientos que se deben emplear para que las personas puedan afrontar su pérdida y su dolor y consigan superarlos.
La obra se centra en los temas del duelo patológico, la familia en proceso de duelo entendida como paciente, el duelo del propio profesional o las pérdidas con mayor carga de aflicción. Además, encontraremos importantes textos sobre el sida y el duelo, el duelo en la tercera edad, el impacto de las redes sociales y los recursos en línea para el «ciberduelo», los cambios en el DSM-5 que influyen en el trabajo de duelo, los modelos alternativos de duelo y los nuevos hallazgos sobre las diversas cualidades del duelo.
«La 'Revolución Cultural', que de revolucionario sólo tuvo el nombre, y de cultural el pretexto táctico inicial, fue una lucha por el poder que se entabló en la cúspide entre un puñado de individuos, [...] Para el pueblo, el maoismo puro significa la sustitución de las legitimas exigencias materiales, intelectuales y sensibles de la naturaleza humana por una mística política austera y fanática, la imposición de un estado permanente de movilización casi militar, la destrucción implacable de todos los valores tradicionales, una desoladora existencia monótona, el establecimiento de un desierto cultural, una universal beatería, y una aridez y un aburrimiento interrumpidos solamente por explosiones periódicas de violencia y de activismo histérico».
Si es evidente que el trabajo ya no es lo que fue, ¿cómo lo pensamos en pleno siglo XXI? ¿Podemos hacerlo sin caer en los lugares comunes de la tecnociencia, el teletrabajo o la inteligencia artificial? Este breve y poderoso libro demuestra que, para quebrar esas lógicas mercantilistas, es fundamental encarar una discusión política y filosófica alrededor de una pregunta inquietante:
¿cómo y por qué trabajar hoy?
Alain Supiot hace en estas páginas un llamado a dejar de pensar el trabajo como una actividad por la que se recibe un salario para poner en el centro de la cuestión a las personas y asegurarles una protección que no solo prevea la situación de desempleo, sino la formación permanente, las tareas de cuidado y el trabajo comunitario. Y lo hace sin postular el retorno a un mundo de pleno empleo que, a esta altura, se ha vuelto una utopía, sino en diálogo con el trabajo precarizado e informal que hoy nos es tan familiar.