«Si no queremos ser tratados como robots lo mejor es que dejemos de comportarnos como robots», nos dice Albert Lladó. La mecanización de nuestro presente afecta a la burocratización de la vida y provoca profundos cambios cognitivos, aún difíciles de vislumbrar. Pero ni la tecnofobia ni el catastrofismo nos van a ayudar a experimentar el asombro y el deseo.
A través del arte de la pregunta, origen de la filosofía, la narrativa o el teatro, Lladó nos anima a desvelar el mundo más allá de los simulacros de última hora. Si ante la actualidad sólo reaccionamos desde la indiferencia o la resignación, renunciamos a nuestro presente, siempre actualizable, siempre vivo, siempre problemático.
«La realidad no necesita realismo», advierte el autor. Atender lo que tienen de potencia los hechos, los gestos y las palabras es tomar consciencia de que nuestro mundo se constituye a través de un juego de relaciones, de vínculos abiertos, y de que, con nuestra capacidad de escuchar el silencio y sus sombras, podemos participar de eso a lo que llamamos presente.
Alfonso Berardinelli, agitador cultural e indómito relator de la realidad social de nuestro tiempo, afila su pluma para desvelar el engaño de la política de masas y la degradación de Europa, cuya cultura se desvanece entre el ruido de los rumores y las fake news que mueven el mundo. Italia es el embrión de esta Europa ahogada por un pensamiento único.
André Comte-Sponville nos invita a comprender y afrontar el miedo con lucidez y serenidad. Contra el miedo es un paseo por la época que nos ha tocado vivir, basado en la reflexión filosófica, económica, política y moral de uno de los filósofos franceses de referencia.«En esta recopilación de artículos periodísticos inspirados en la actualidad, y filosóficos al menos en parte en los que me dirijo al público más amplio posible, confronto mis pensamientos con el mundo en este momento tan cambiante como inquietante. Y busco un poco de eternidad en la historia en ciernes. ¿Merece la pena A mí me ha parecido que sí. La actualidad, tantas veces decepcionante o aterradora, también es una incitación a pensar. Pensar nunca está de más y a veces tiene el poder de curar, tanto la decepción como el miedo. La realidad la tomas o la dejas. La filosofía ayuda a tomarla. Más vale pensar que lamentarse. Más vale actuar que temblar». A. C.-S.