Jared Diamond se pregunta cómo unas sociedades que han desaparecido sin apenas dejar huella de su evolución han alcanzado una próspera civilización material y cultural. El punto de partida es una rigurosa investigación de los casos de culturas que no han perdurado: historias trágicas como la de los mayas, los habitantes de la isla de Pascua, los indios anasazi en Norteamérica; historias menos terribles como las de Islandia o de Japón; historias de vencedores y vencidos como el caso de la República Dominicana y de Haití y, finalmente, historias aún abiertas como las de China o de Australia, que están buscando soluciones innovadoras a sus desafíos ecológicos y sociales.
A pesar de su origen diverso, los cuatro ensayos que forman este volumen constituyen una unidad de contenido. En el primero Habermas elabora las tesis para una división del trabajo entre las investigaciones empíricas y las filosóficas, alentado por el ejemplo de la epistemología genética de Jean Piaget. En el segundo ensayo la teoría de la moral de Lawrence Kohlberg sirve a Habermas como modelo para aclarar la interpretación de las explicaciones causales y las reconstrucciones en función de hipótesis. El tercer trabajo, escrito con motivo de un homenaje a Karl-Otto Apel, pretende ayudar a esclarecer la propuesta de la ética discursiva. El último, en fin, es una contribución a la división del trabajo planteada desde la asunción de que el desarrollo de una ética discursiva no es una tarea autosuficiente.