«Una invitación a un viaje imaginario y sentimental a la Grecia antigua, la cual persiste muy viva y ha orientado con audaz impulso nuestros modos de pensar y estar en el mundo».
La civilización griega dejó un importante legado entre nosotros, aunque muchas veces ignoramos su procedencia. En un tono ameno y accesible para todos los lectores, Carlos García Gual cuenta cómo nació la civilización griega, la rivalidad entre Atenas y Esparta, las luchas por la hegemonía en el Mediterráneo, el desarrollo de la polis y la democracia, del pensamiento, la filosofía y las ciencias; el arte griego, las relaciones sociales y familiares, la mitología, la literatura y hasta los juegos atléticos que hoy imitamos.
En Grecia para todos descubrimos aquellas cosas en las que los griegos fueron pioneros y que aún perduran entre nosotros, con sus semejanzas y diferencias, incluso en las palabras con que las nombramos: democracia, olimpiadas, filosofía, historia, teología, etc. Estas páginas quieren ser una invitación a un viaje imaginario y sentimental a esa Grecia que persiste muy viva en variadas imágenes del arte y la cultura, que pervive latente en muchísimos términos de nuestra lengua y que ha orientado con audaz impulso nuestros modos de pensar y estar en el mundo.
La escritura sobre el grial significó la construcción de un nuevo mito en la cultura europea. Es en la última obra de Chrétien de Troyes, El cuento del grial (1180), donde por vez primera aparece este término en torno al cual se concentró toda una historia: un castillo repentinamente aparecido en un valle, un rey enfermo, un joven que se maravilla ante unos objetos, entre ellos el grial, pero no pregunta nada acerca de ellos y de su posterior búsqueda. Entre otros motivos, el carácter inacabado del roman de Chrétien generó una escritura febril por parte de autores franceses y alemanes, siempre con la intención predominante de interpretar y comprender lo que habían heredado como un enigma, y así se sucedieron durante medio siglo las cuatro Continuaciones, el José de Arimatea de Robert de Boron, Perlesvaus de autor anónimo, Parzival de Wolfram von Eschenbach o La búsqueda del Santo Grial, de autor también desconocido, que ayudaron a conformar una poética concreta favorecida por el ambiente y la atmósfera de las Cruzadas. Es posible que fuera la pérdida de Jerusalén, y con ella la del Santo Sepulcro, la que activara este gran esfuerzo constructor del imaginario griálico que ha perdurado hasta nuestros días.
A lo largo de cuatro digresiones, Sloterdijk sigue el hilo de este «no-color» desde el Génesis hasta la fotografía, desde el mito platónico de la caverna hasta Hegel, desde los fenómenos atmosféricos hasta las vanguardias de Piero Manzoni y Marcel Duchamp, y traza la historia de la humanidad a la luz de los significados simbólicos de este tono fluido y ambiguo.
«Mientras no se haya pintado un gris, no se es pintor». Estas palabras de Cézanne, escribe Peter Sloterdijk, suscitan otra afirmación: mientras no se haya pensado en el gris, no se es filósofo. En un ensayo lúcido y provocador explora este tono, aparentemente el color de la indiferencia y la neutralidad, cuya presencia ha permeado la historia de la política, la filosofía y las artes, así como la mitología y la religión.
No es un libro más sobre el cambio climático, es un libro que revela lo que hay en los márgenes de las cumbres del clima, aquello que impide que se avance en la lucha contra el cambio climático.
El relato complementario de una época apasionante
Diecisiete periodistas, una mesa, un invitado de excepción y una consigna: estrictamente confidencial. En 1979, un grupo de jóvenes reporteros con ganas de informarse sobre los resortes de la naciente democracia impulsó una serie de encuentros off the record con sus protagonistas. El primer invitado fue Felipe Gónzalez y, a partir de ahí, cada jueves durante cuarenta años, desfilaron por estas sesiones clandestinas en hoteles y restaurantes las personalidades que forjaron la Transición.
En los cuadernos de los integrantes del Grupo Crónica se encuentra «la otra historia de la Transición». Este libro reúne los testimonios directos de estos periodistas irrepetibles que tomaron el pulso al país y rescata el rico anecdotario de sus encuentros con políticos, empresarios o dirigentes religiosos: el habano de Esperanza Aguirre, el veto a Zapatero, los enfados de Fraga, la curiosidad del entonces Príncipe Don Felipe, las confidencias de Mario Conde, Alfonso Guerra, Jordi Pujol…
A través de sus recuerdos accedemos a un tiempo de cambio e ilusión que, en los últimos años, ha vuelto al debate público. ¿Fue la Transición un éxito sin paliativos? ¿Ha fallado lo que algunos llaman «el régimen del 78»? Los integrantes de Crónica desmenuzan de forma amena la intrahistoria del país, desde el asesinato de Carrero Blanco al 23-F, y más allá, para extraer conclusiones sobre los cimientos en los que se asienta nuestra vida política.
Es en el Ártico donde se siente con más fuerza el eco de los cañones que retumban en Ucrania. Es allí donde China, Rusia y la OTAN se han dado cita para el duelo final. Antes considerado la última de las fronteras, ahora es el frente más candente. Es el gran convidado de piedra de nuestro tiempo, en apariencia ajeno a la disolución del orden mundial en curso, pero en realidad en el centro de todo. La guerra blanca ya está entre nosotros, y el dominio del Ártico es la verdadera apuesta en juego.
Marzio G. Mian es uno de los pocos periodistas que lleva años relatando sobre el terreno la transformación histórica de la región polar provocada por el cambio climático. Allí, el deshielo de un territorio virgen y aún por explotar ha atraído el interés de las potencias mundiales: tierras raras, hidrocarburos, pesca, nuevas rutas estratégicas. Desde Chukotka hasta Groenlandia, desde Alaska hasta el mar de Barents, este reportaje reúne testimonios exclusivos —de un obispo designado por Putin para la evangelización del norte, de un comandante de la guardia costera noruega, de los lugareños de un remoto pueblo pesquero groenlandés— y muestra cómo, en la Guerra blanca, el Ártico ya es el primer gran perdedor.