Escrito en 1959, en plena Guerra Fría, este texto se publicó en un esfuerzo por «evitar la catástrofe que supondría una guerra con bombas de hidrógeno a gran escala». Casi sesenta y cinco años después, la posibilidad de un conflicto nuclear es nuevamente una amenaza verosímil, y el agudo análisis de Bertrand Russell acerca de este tan absurdo y sin embargo tan humano anhelo autodestructivo vuelve a ser de escalofriante actualidad.
No estamos preparados para la guerra. La guerra que ya está entre nosotros, aunque no está declarada formalmente más que en contados sitios, amenaza con extenderse más allá del control político que la pone en marcha. La incertidumbre es el pronóstico de los tiempos caóticos que vendrán. Nadie sabrá a qué atenerse. Las preguntas que surgen en este ensayo son inquietantes: ¿por qué la hostilidad guerrera ha sido un hecho constatable, permanente a lo largo de la historia de la humanidad y podemos sospechar que lo seguirá siendo? ¿Por qué la actividad política se muestra impotente para detener la presumible «escalada a los extremos»? Por último: ¿hay alguna alternativa a la guerra que no sea la destrucción de todo? Obras de René Girard y Jean-Pierre Dupuy guían al principio esta inusual y sugestiva reflexión de Ángel Barahona sobre la guerra: desde Troya hasta Napoleón, de la Primera Guerra Mundial hasta Gaza.
Seis años que transformaron a la Humanidad · Setenta y dos meses que acabaron con las sociedades conocidas hasta entonces · Una guerra que cambió el mundo.
Cuando se cumplen ochenta años del fin de la Segunda Guerra Mundial, el mayor conflicto bélico vivido por la humanidad todavía retumba en nuestros días. El periodista cultural, especializado en Historia, Miguel Santamarina escribe en este original libro una cronología de los momentos que marcaron un antes y un después en el trascurso del conflicto.
La invasión de Polonia, la Operación Barbarroja, el fin del sitio de Stalingrado, el Día-D, el suicidio de Hitler, las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, la rendición de Japón son algunas efemérides clave. Además, Santamarina nos descubre curiosidades desconocidas pero imprescindibles para el trascurso de la guerra, como la vida de Garbo, el espía español decisivo en el Día-D, o la búsqueda del Santo Grial en el Monasterio de Montserrat, entre otras.
Este libro es, en definitiva, una forma diferente de aprender, gracias a un viaje por los días, meses y años durante los cuales esta guerra cambió al mundo.
Un libro que muestra los rastros, los vestigios de un holocausto donde se difuminan los límites, los bandos, las auténticas motivaciones.
«Entre las once crónicas que integran este libro la más antigua tiene fecha en 2014 y la más reciente en 2021. Lapso que abarca los años inmediatamente anteriores y posteriores a la firma del Acuerdo de Paz. Varias narran episodios que ocurrieron mucho antes de que gobernante alguno fuera capaz de sentar a los comandantes guerrilleros más ortodoxos y anquilosados a una mesa de negociación. Otras avanzan sobre personas cuyas vidas quedaron transversalizadas por ese acuerdo. Todas pueden leerse como diferentes formas de ser o caer víctima en esta guerra, en medio de las circunstancias específicas de cada territorio.»
Este no es un libro sobre la guerra. Ni siquiera es un libro sobre quienes participaron en ella. Tendría que ser, más bien, el relato íntimo de un reportero que se tropieza en cada encrucijada con esquirlas y cicatrices, como quien va recogiendo trozos rotos en cada paraje lejano de la geografía nacional para intentar recomponer algo que se parezca a una explicación.
¿Qué les pasó a los colombianos? Quizá sea prematuro ofrecer respuestas, pero ahí están los rastros, los vestigios de un holocausto donde se difuminan los límites, los bandos, las auténticas motivaciones. La guerra es eso que ocurre en otro lado y en otro tiempo: ese pasado que aún se conjuga en presente.
Hélène Carrère dEncausse ofrece aquí una deslumbrante lección de historia. En una conversación inacabada con Rochebin ayuda a comprender Rusia, la guerra que se reaviva por todas partes y el futuro de Occidente, amenazado por China y por las nuevas potencias.
Un valioso ensayo sobre cómo el encuentro entre la ciencia y las humanidades ha sido el motor de nuestra civilización.
«La primera mujer, Eva, guiada por su instinto de curiosidad, tomó una manzana del árbol del conocimiento, comió de ella, y a continuación la dio a comer a su compañero, Adán. Son exactamente las tres etapas del quehacer científico: la curiosidad odeseo de saber, la adquisición del conocimiento y su transmisión a otros para que lo continúen».
Con una emocionante mirada humanista, Carmen Estrada, catedrática de fisiología humana, investigadora en neurociencia y estudiosa del griego clásico, explora la historia de la ciencia, su papel en el desarrollo de nuestra cultura y el lugar que ocupa hoy, y sitúa los orígenes de esta actividad humana, natural, instintiva y hermanada con la filosofía mucho antes del nacimiento de la palabra ciencia, en los inicios de nuestra especie.