Poco antes de fallecer en enero de 2018, Ursula K. Le Guin mantuvo una serie de conversaciones con su amigo David Naimon sobre el acto más profundo e íntimo que puede llevar a cabo una mente creativa: el de escribir. Es a través del ejercicio de la escritura, que se alimenta del poder de la imaginación, como transmitimos las mejores historias. Naimon y Le Guin planeaban reunir sus charlas en un libro que funcionara como un diálogo amistoso sobre el placer de imaginar y la vocación de escribir, dirigido a todo aquel que quisiera indagar en el misterio de la creación.
El hecho de que todas las teorías morales contemporáneas continúen dialogando aún hoy con las premisas y planteamientos formulados por Immanuel Kant (1724-1804) permite hablar, en la historia de la ética, de un antes y un después del filósofo de Kónigsberg, cesura que viene marcada por el carácter de punto de inflexión que, para la filosofía moral, representa su formalismo ético. En este sentido, cabe calificar la Crítica de la razón práctica (1788) -uno de los textos kantianos capitales- como una verdadera "biblia" por lo que atañe al pensamiento moral de la modernidad. La presente edición, a cargo de Roberto R. Aramayo, une al depurado rigor de la traducción y las notas unos útiles índices que contribuyen al manejo y estudio de la obra, así como una cronología que la sitúa en su adecuado contexto.
Si hay un filósofo que representa lo que ha sido la ilustración, éste es sin duda Kant y, concretamente, su obra más universal, la Crítica de la razón pura. Con este libro emprende una crítica tan sistemática como demoledora a la metafísica o, para mayor exactitud, a los argumentos con que se sostiene la merafísica tradicional. En realidad, la Crítica de la razón pura se presenta como preparación de un riguroso sistema filosófico que Kant no llegó a elaborar. En esta edición, cuidadosamente revisada, se han introducido notables modificaciones respecto de las anteriores, buscando una mayor precisión en el vocabulario, ampliando el índice analitico e incluyendo introducción, cronología y bibliografía nuevas.
La Crítica del discernimiento, o de ia facultad de juzgar (1190), de Immanuel Kant (1724-1804), fue aclamada por Goethe como la más influyente de las obras kantianas, por tratar al mismo tiempo del arte y de la naturaleza, mientras que Hannah Arendt haría, por su parte, una lectura política de sus páginas. En su tercera Crítica Kant culmina el itinerario de su reflexión filosófica, abordando problemas relacionados con la estética y con la teleología. Aquí se trata sobre Ip bello y lo sublime, sobre lo sublime como símbolo de la moralidad y sobre las ficciones heurísticas que pueden orientar nuestro conocimiento de la naturaleza, entre muchos otros temas que son analizados en sus respectivos estudios introductorios por los autores de esta nueva edición castellana, responsables igualmente del aparato crítico y del útil índice conceptual que acompaña a la obra.
Nacido en una familia hispano-romana, Lucio Anneo Séneca (ca. 3 a.C-65 d.C) pasó muy joven a la capital del imperio, donde andando el tiempo fue encargado de la educación de Nerón, ejerciendo gran influencia en los primeros tiempos de su reinado. Su tratado acerca de la cólera es una reflexión abiertamente polémica guiada por una intención ejemplar. Frente a los epígonos del aristotelismo y el platonismo, el estoicismo romano (y Séneca especialmente) se muestra cauteloso ante los excesos teóricos y otras tentaciones, sintonizando más bien con el epicureísmo en la idea de que el hombre, en medio de los avatares, ha de alcanzar la «apatía», la impasibilidad.