«Hay lenguas más importantes que otras», «Solo merece la pena estudiar lenguas con muchos hablantes», «Hablar lenguas minoritarias es de paletos», «La gente del sur habla mal», «Una persona se integra mejor si olvida su lengua y cultura», «Es más fácil entender un acento neutro», «Los mejores profesores de idiomas son los nativos»… Todos estos prejuicios y muchos más se desmontan en esta obra a través de un análisis sociolingüístico que revela las jerarquías de poder e injusticias históricas que se esconden detrás de la glotofobia y de cualquier tipo de discriminación lingüística.
Escrito de forma amena y clara, este libro nos muestra lo enraizada que están aún la discriminación lingüística en nuestra sociedad. Lectura recomendada para que, además de divertirnos, se despierte nuestra conciencia y valoremos la diversidad lingüística.
«Es imprescindible recuperar la voluntad de acuerdo. Sin un gran compromiso político nacional será imposible cualquier reformismo capaz de afrontar los enormes desafíos de nuestro tiempo».
A caballo entre las memorias, el ensayo y el manifiesto, Nicolás Redondo Terreros, una de las voces más autorizadas y coherentes de nuestro país, hace un llamamiento a la cordura, un elogio de la España constitucional y una advertencia frente al embudo de crispación y sectarismo en el que parece precipitarse la política española.
En su análisis del poderoso auge del nacionalismo y el populismo, que afecta a las democracias representativas en todo el mundo, constata un giro determinante: el PSOE, el único partido de la Transición que sigue en pie, protagonista de los años más constructivos de nuestra historia, hoy se encuentra reducido al cálculo electoral, sujeto a proyectos políticos identitarios e incapaz de proponer proyectos políticos integradores respaldados por la mayoría ciudadana.
¿Por qué tanto ensañamiento con el cinismo? Porque el cínico cometió el terrible pecado de señalar el idealismo con el dedo y gritar: «¡El rey va desnudo!». Desde entonces, los maestros de la filosofía los ignoran, los silencian, los tergiversan, los caricaturizan o directamente los descalifican para que su mensaje quede oculto. Platón defendió la existencia de un modelo eterno, perfecto e inmaterial de hombre al que debemos someternos. Pero Diógenes se ríe de esta teoría y busca por las calles de Atenas, con una linterna en pleno día, a ese hombre ideal. Platón define al ser humano como «un animal de dos pies y sin plumas», y los académicos que lo escuchan admiran su sabiduría. Mientras tanto Diógenes sale a la calle, toma un gallo, le quita las plumas, lo tira al suelo de la elitista escuela y le dice a Platón: «Aquí tienes a tu hombre». Este se niega a debatir con Diógenes y lo trata siempre de loco. A partir de ese momento, los idealistas siguen la actitud del maestro.
No me tapes el sol busca actualizar la filosofía cínica como salvavidas para subsistir con libertad, cordura y dignidad en un mundo pospandemia que parece navegar a la deriva.