Elle es guionista y tiene ventisiete años. Cuando le ofrecen la oportunidad de escribir el guion de una gran película en Nueva York, solo tiene un problema: odia Nueva York, está bloqueadísima con el guion y tiene que entregarlo al final del verano y, por si fuera poco, su nuevo vecino es Parker Warren: el soltero multimillonario con el que se enrolló hace dos años y que ahora es, simultáneamente, la inspiración de sus guiones y su archienemigo.
Un verano. Una pared que los separa. Él tiene que fingir mantener una relación estable durante un momento delicado para su empresa tecnológica. Ella tiene que escribir un guion ambientado en ocho localizaciones newyorkinas a las que solo el tiene acceso exclusivo.
Elle está a punto de vivir un verano de película. Aunque tal vez no sea la que ella esperaba.
Ramona se enamoró de Sam a primera vista. Es una de las pocas constantes en su vida, y su amistad es demasiado importante como para arriesgarla por un beso.
Sam está enamorado de Ramona, pero nunca esperaría que sus sentimientos fuesen correspondidos. Aun así, son el complemento perfecto del otro, como amigos y como grupo musical.
Y entonces aparece Tom.
Tom tambien es músico, y es la pieza que faltaba en su banda. Pronto se convierten en un trío inquebrantable. Pero Ramona se está enamorando de Tom, y sigue sintiendo algo por Sam. ¿Cómo podrá ser fiel a sí misma sin perder las relaciones que hacen que su corazón cante?
Cuando Novalee pierde a su madre, no solo tiene que lidiar con el duelo, sino que se ve obligada a mudarse al otro lado del país a vivir con su padre, una superestrella de Hollywood que nunca se ha dignado a reconocer su existencia.
Lejos de todo lo que conoce y con una nueva familia a la que no soporta, llega la gota que colma el vaso: un guardaespaldas pegado a su trasero veinticuatro horas al día.
Cada vez que entra en el ascensor, a Sofía le sube la temperatura. Y no es porque haya pillado un virus en el hospital en el que trabaja como residente, sino por el efecto que Marcos, con su sonrisa de medio lado, sus bíceps y sus hoyuelos, tiene sobre ella.
Y es que, para Marcos, desde que coincidió con aquella chica guapísima del uniforme al revés, subir en el ascensor se ha convertido en su pasatiempo favorito. Cuando comparte ese pequeño espacio con ella solo puede pensar en lo mucho que desea acercarse. Pero… ¿está dispuesto a volver abrir su corazón?
Una residente de medicina y un técnico en enfermería…
Los viajes en ascensor nunca habían sido tan apasionantes.
¿Cómo es posible que me duela más una ruptura amorosa que la muerte de un familiar? ¿Por qué lloré tanto el final de la vida de mis perros y no el de la vida de mis abuelos? ¿Cómo puede uno romperse después de una mudanza y sobrevivir, sin mayor complicación, a la pérdida de una amistad que parecía para siempre?
El duelo es una de las experiencias más difíciles que experimentamos en la vida, aunque la inercia nos empuja a prestarle poca atención. Sin embargo, hay pérdidas tan dolorosas que nos impiden seguir adelante mientras el mundo sigue girando impasible a nuestro alrededor.
Se pasa unas horas más viendo los viajes maravillosos, los cuerpos perfectos y todos los outfits que se prueban cada día los influencers. Y se siente mal porque ella no puede llevar la vida que ve en las redes, sabe que nunca podrá alcanzar una felicidad así». Emotiva, conmovedora, diferente... Redes narra, a través de los ojos de una adolescente, una historia que se ha convertido en la realidad de todos nosotros.