La serie de Maple Hills continúa después de Romper el hielo con dos monitores de campamento que se reencuentran tras un intenso lío de una noche.
Russ Callaghan y Aurora Roberts coinciden en una fiesta de fin de curso y, después de dejarse llevar por un juego, acaban enrollándose. Sin embargo, Aurora se escabulle antes de que él tenga la oportunidad de preguntarle su nombre completo.
Sin saberlo, ambos van a trabajar en el mismo campamento de verano: Russ espera poner suficiente distancia con su padre, mientras que Aurora solo desea volver al último lugar donde se sintió como en casa.
Russ sabe perfectamente que tiene prohibido «fraternizar» con Aurora si no quiere que lo echen. Desgraciadamente para él, a ella nunca le han importado mucho las reglas...
Ahora solo les queda descubrir si las chispas que saltaron entre ellos durante su primera noche quedarán en nada o si, por el contrario, lo incendiarán todo.
Pip está acostumbrada a recibir amenazas. Tiene un podcast de true crime que se ha vuelto viral y, además, su trabajo como investigadora le ha supuesto crearse algún que otro enemigo de más. Pero de entre todos esos mensajes que le llegan, hay unos que le preocupan. Se repiten constantemente. Tan solo le hacen una pregunta, siempre la misma: «¿Quién te buscará cuando seas tú la que desaparezca?»
Sus sospechas se confirman cuando se da cuenta de que, quien le envía esos anónimos, ha pasado de amenazarla a perseguirla. Y todo irá a peor cuando encuentre similitudes entre la forma de actuar de su acosador y un asesino que, en teoría, está en la cárcel desde hace años? O ¿puede ser que un inocente esté entre rejas y el asesino ande suelto? Sea como sea, Pip debe encontrar las respuestas necesarias o, esta vez sí, será ella la que desaparecerá?
Daisy Haites siempre ha querido una vida normal, pero eso no es posible para la heredera del imperio criminal más infame de Londres.
Daisy Haites siempre ha querido una vida normal, pero eso no es posible para la heredera del imperio criminal más infame de Londres. Fue criada bajo la atenta mirada de su hermano Julian, un capo de la mafia desde el asesinato de sus padres.
La vida de Daisy es complicada, y las cosas empeoran cuando se enamora del guapo y distante Christian. Él está enamorado deMagnolia Parks, la novia de su mejor amigo, y usa a Daisy para jugar al despiste, hasta que ella empieza a colarse de verdad en sus sentimientos.
A medida que los hilos que los unen se enmarañan, Daisy, Christian y Julian descubrirán que aquello que realmente vale la pena se paga con sangre.
Todo en la vida tiene un precio.
¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar por amor?
Beth ha logrado acceder al programa de estudios al que siempre aspiró, aunque no esperaba que traspasar esa meta fuera a tambalear todos los cimientos de lo construido en los últimos meses. Eso que descubrió con un chico que quiso hacer volar sus mariposas y le entregó toda la esperanza tatuada en su piel.
Lo que encuentra en el grupo de Teatro era el mayor sueño de Beth. La peor pesadilla de Chris. Y para Ben… Para Ben será un reto difícil de superar.
¿Se puede elegir otro camino después de mirar a los ojos al destino?
Glace es la heredera al trono de Eísalh, pero hace diez años que la arrancaron de su hogar y la obligaron a exiliarse. Ahora, fuerzas oscuras amenazan con destruir el precario equilibrio de su mundo e iniciar una guerra entre reinos, y Glace es la llave para recuperar la paz.
En su camino a casa, conocerá a los Guardianes, personificaciones de la magia de los dioses, que a pesar de poseer un gran poder, sufren... y aman. Dividida entre el fuego y la tormenta, Glace tendrá que demostrarse a sí misma y a los demás que tiene la madera necesaria para ser reina.
Pero no todo el mundo es lo que parece y Glace tendrá que aprender a distinguir a sus aliados de sus enemigos... y a aquellos que puedan ser mucho más.
Dorian Gray es un joven increíblemente apuesto e inocente que, tras ver un retrato suyo, queda cautivado con su propia belleza.
Cuando es consciente de que la juventud es efímera, no duda en vender su alma a cambio de verse eternamente como en el retrato. Pero poco a poco su alma se irá pudriendo y, aunque su imagen no lo refleje, el cuadro que mantiene oculto sí lo hará.