Este es el segundo libro de una serie épica sobre una chica que guarda un secreto en un peligroso mundo en guerra por el futuro de la humanidad. En él continúan las aventuras de Spensa Nightshade, la joven piloto que ha conseguido un puesto en el escuadrón de defensa de la humanidad contra los ataques alienígenas.
En realidad, ella siempre quiso ser piloto: poder probar que es una heroína, como su padre. Y aunque llegó a lo más alto, los secretos que desenmascaró sobre su padre fueron aplastantes.
Los rumores sobre su cobardía resultaron ciertos. Abandonó su vuelo durante la batalla contra los Krell. Peor aún... se volvió contra su equipo y los atacó. Sin embargo, Spensa está segura de que hay aún más por descubrir en esa historia. Y, si es necesario, viajará hasta el fin de la galaxia para salvar a la humanidad.
La vida de Spensa como miembro de la Fuerza de Defensa Desafiante dista mucho de ser normal y corriente. Demostró ser una de las mejores pilotos de caza estelar en el enclave humano de Detritus y salvó a su pueblo del exterminio a manos de los krells, la enigmática especie alienígena que los tenía prisioneros desde hace décadas. Por si fuera poco, viajó a años-luz de distancia de su hogar como espía infiltradaen la Supremacía, a un lugar donde descubrió que había toda una galaxia más allá de su pequeño y desolado planeta natal.
Ahora la Supremacía, el gobierno galáctico empecinado en dominar toda vida humana, ha desatado una guerra a escala galáctica. Y Spensa ha visto las armas que pretenden emplear para terminarla: los zapadores, unas antiguas y enigmáticas fuerzas alienígenas que pueden arrasar sistemas estelares enteros en un instante. Spensa sabe que, por muchos pilotos con los que cuente la FDD, no hay manera de derrotar a ese depredador.
Sin embargo, Spensa es citónica. Se enfrentó a un zapador y percibió algo siniestramente familiar en él. Y quizá, si logra descubrir lo que es ella misma, podría ser algo más que solo otra piloto en la guerra. Podría salvar la galaxia.
Dulce, amargo o con un toque de canela, el amor tiene muchos sabores. «La historia de este desastre es me dijiste que no tenías corazón, y yo te ofrecí el mío». El amor puede ser muy dulce o tristemente amargo, lo que es innegable es que siempre volveremos a probarlo. Una tacita de ti te recordará esos amores que te cambiaron, aquellos que te rompieron el corazón, pero, sobre todo, te hará sumergirte en aquellos que te dejaron un sabor de boca inolvidable. Esta nueva edición es ilustrada e incluye un prólogo escrito por la autora especialmente para ti. Además, encontrarás más de cuarenta poemas inéditos, perfectos para dedicarlos a esa persona especial o a alguien que quieras olvidar.
El mundo lleva siglos en guerra; la humanidad está atrapada en un planeta constantemente atacado por unos alienígenas decididos a destruirla. Los pilotos son los únicos héroes dispuestos a combatir al enemigo.
Spensa es una joven que siempre ha soñado con convertirse en piloto y defender a la Tierra. Pero su destino se cruza con el de su padre, un piloto que fue asesinado tras abandonar a su equipo, anulando sus opciones de asistir a la escuela de vuelo. De pronto,el ataque alienígena ha hecho duplicar la flota aérea de los humanos, facilitando que Spensa ahora sí pueda volar al espacio.
¿Cuánto tiempo es suficiente para vivir toda una vida?
Ese es el dilema al que se enfrenta Perséfone cuando le diagnostican una enfermedad terminal Y también el jarro de agua fría que le hace darse cuenta de que vive atrapada en una rutina gris, en lo amoroso, lo laboral y lo personal.
Quizá ha llegado el momento de darle un giro a todo y enfrentarse a la realidad:
Solo le quedan unos meses para VIVIR.
En mayúsculas.
Sin miedo.
Sin disculpas.
El señor Bingley es un asesino. Al menos, de eso lo han acusado, aunque Lizzie Bennet se niega a creerlo. ¡Es perfecto! A ver, no es que se alegre de la tragedia, pero si demuestra la inocencia de Bingley, probará, además, que es digna de formar parte del bufete de su padre. ¡Por fin!Por desgracia, Bingley ya tiene abogado, un tipo insufrible llamado Darcy. Como Lizzie no piensa darse por vencida, se resigna a colaborar con el para resolver el caso. Y más vale que lo logren pronto, porque un asesino anda suelto, y ellos podrían convertirse en sus siguientes víctimas.