Sammy Santos pasa el verano descubriéndose a través de los ojos de Juliana, una chica hermosa, independiente y sumamente vulnerable que lo hará conocer el lado más dulce y más oscuro de la vida. Empezarán su último año de preparatoria en Hollywood ―un barrio chicano perdido en una ciudad en el desierto― y el mundo como lo conocen está por cambiar: la gente se manifiesta en las calles, los adolescentes se enlistan en el ejército y aunque las noticias de la guerra son devastadoras, el amor se respira en el aire. El amor no se acaba con la muerte, y eso es lo que más duele. El amor no se acaba con la muerte, y eso es lo que más duele.
Por primera vez en años, sus cuatro hermanos mayores estarán bajo el mismo techo. Charlie desea desesperadamente disfrutar de un último fin de semana perfecto, antes de que sus padres vendan la casa y todo cambie. Tomar decisiones sobre a qué universidad asistir o reencontrarse con Jesse Foster, el chivo por el que siempre ha estado colada... Todo eso puede esperar.
Russ Callaghan y Aurora Roberts coinciden en una fiesta, se dejan llevar por un juego y terminan juntos. Sin embargo, ella se escabulle antes de que él tenga la oportunidad de pedirle una cita. Sin saberlo, ambos van a trabajar en el mismo campamento de verano: él, para alejarse de su padre, y ella, para volver al último lugar donde se sintió como en casa. Russ sabe que tiene prohibido «fraternizar» con Aurora si no quiere que lo echen. Desgraciadamente para él, a ella no le importan tanto las reglas... Ahora solo les queda descubrir si las chispas que saltaron entre ellos durante su primera noche quedarán en nada o si, por el contrario, lo incendiarán todo.
La serie de Maple Hills continúa después de Romper el hielo con dos monitores de campamento que se reencuentran tras un intenso lío de una noche.
Russ Callaghan y Aurora Roberts coinciden en una fiesta de fin de curso y, después de dejarse llevar por un juego, acaban enrollándose. Sin embargo, Aurora se escabulle antes de que él tenga la oportunidad de preguntarle su nombre completo.
Sin saberlo, ambos van a trabajar en el mismo campamento de verano: Russ espera poner suficiente distancia con su padre, mientras que Aurora solo desea volver al último lugar donde se sintió como en casa.
Russ sabe perfectamente que tiene prohibido «fraternizar» con Aurora si no quiere que lo echen. Desgraciadamente para él, a ella nunca le han importado mucho las reglas...
Ahora solo les queda descubrir si las chispas que saltaron entre ellos durante su primera noche quedarán en nada o si, por el contrario, lo incendiarán todo.
Enamorarse de un royal siempre tiene consecuencias... reales.
El libro que ha inspirado la película de Netflix.
Lena llega a su nuevo y exclusivo instituto decidida a dejar atrás su antigua vida, y con ella, algunos secretos que espera que nadie descubra. Por eso, sabe que no le queda más remedio que pasar desapercibida. Y no cree que le sea difícil, sobre todo porque uno de sus compañeros de clase es el futuro rey de Noruega, Karl Johan. Con alumnos como ese ¿quién perderá el tiempo fijándose en ella?
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que hace para no llamar la atención, le resulta de lo más complicado mantenerse alejada del heredero. Y más cuando él no deja de cruzarse “casualmente” con ella. Al príncipe le fascina esa nueva chica que no cae rendida a sus reales pies. ¿Conseguirá Lena vencer a la tentación y no caer en una relación que puede revelar sus secretos?
Anastasia Allen está decidida a entrar en el equipo olímpico de patinaje sobre hielo de Estados Unidos y, cuando consigue una beca para la Universidad de California, todo parece ir de acuerdo con su plan. El objetivo de Nathan Hawkins como capitán del equipo de hockey es mantener a sus chicos sobre el hielo cueste lo que cueste, pero todo se complica cuando tienen que compartir pista con una patinadora bellísima y con muy mal genio. La situación obliga a estos rivales a pasar tiempo juntos, pero Anastasia está tranquila. Sabe perfectamente que un jugador de hockey jamás podría distraerla, y mucho menos Nate... ¿verdad?