El bosque de avellanos era solo el principio...
Había una vez una niña llamada Alice Triple, una princesa vengativa en un sombrío cuento de hadas. Ahora, es solo Alice, tratando de llevar una vida alejada de la magia en Nueva York. Sin embargo, algo acosa a los supervivientes de Interior... y ella sospecha que sus muertes podrían tener un objetivo muy turbio.
Mientras tanto, Ellery Finch, el compañero que la ayudó a escapar de Interior y a dejar atrás el oscuro legado de su abuela está cada vez más cansado de sus viajes a través de dimensiones alternativas, y descubre que sus pensamientos regresan a su hogar... y a Alice.
«La teoría de los archipiélagos viene a decir que todos somos islas, llegamos solos a este mundo y nos vamos exactamente igual, pero necesitamos tener otras islas alrededor para sentirnos felices en medio de ese mar que une tanto como separa. Yo siempre he pensado que sería una isla pequeñita, de esas en las que hay tres palmeras, una playa, dos rocas y poco más; me he sentido invisible durante gran parte de mi vida. Pero entonces apareciste tú, que sin duda serías una isla volcánica llena de grutas y flores. Y es la primera vez que me pregunto si dos islas pueden tocarse en la profundidad del océano, aunque nadie sea capaz de verlo. Si eso existe, si entre los corales y sedimentos y lo que sea que nos ancla en medio del mar hay un punto de unión, sin duda somos tú y yo. Y, si no es así, estamos tan cerca que estoy convencido de poder llegar nadando hasta ti».
«La teoría de los archipiélagos viene a decir que todos somos islas, llegamos solos a este mundo y nos vamos exactamente igual, pero necesitamos tener otras islas alrededor para sentirnos felices en medio de ese mar que une tanto como separa. Yo siempre he pensado que sería una isla pequeñita, de esas en las que hay tres palmeras, una playa, dos rocas y poco más; me he sentido invisible durante gran parte de mi vida. Pero entonces apareciste tú, que sin duda serías una isla volcánica llena de grutas y flores.
Emma Jones nunca habría imaginado que volvería a encontrarse con el chico del que se enamoró. Y quien le rompió el corazón en tantos pedazos que nunca consiguió armarlo de nuevo.
Enzo Morelli es ahora una nueva promesa de la poesía, pero tiempo atrás fue un rebelde con una vida difícil del que corrían muchos rumores, y ninguno de ellos bueno.
Ambos parecían no tener nada en común, pero un verano inolvidable les demostró que dos planetas distantes pueden compartir la misma órbita y… colisionar.
Kahlen es una sirena, obligada a servir a Oceania atrayendo seres humanos a las acuosas tumbas con su voz, la cual es mortal para cualquier humano que la escuche.
Akinli es humano. Un chico amable y guapo, el es todo lo que Kahlen jamás había soñado. Enamorarse pone a ambos en peligro... pero Kahlen no puede soportar mantenerse apartada.
¿Lo arriesgará todo para seguir los latidos de su corazón?
Una sola vez cada cien años, se celebra el Kejari, el legendario torneo en honor a la diosa de la muerte, Nyaxia, que reúne a los vampiros de todos los rincones. En esta ocasión, sin embargo, hay una participante de lo más particular: una humana, Oraya, que además es la hija adoptiva del rey de los Nacidos de la Noche.
Aunque lleva entrenándose toda la vida, Oraya está en clara desventaja. Este mundo está diseñado para matarla y este torneo mortal es la peor prueba: deberá competir contra los vampiros más feroces y sanguinarios de todos los pueblos. No obstante, es su única oportunidad para ser algo más que una presa y poder cumplir un sueño oculto.
El torneo requerirá que establezca peligrosas alianzas, en particular, con su mayor adversario, Raihn. Todo en él es temible. Nacido para matar, es despiadado y además un enemigo de su padre. Como si todo esto no fuera suficiente, se avecina una tormenta —como un oscuro presagio— que sacude todo lo que Oraya creía saber sobre su hogar. Raihn podría entenderla mejor que nadie, pero sin embargo la proximidad con él podría ser su perdición. Al fin y al cabo, ambos viven en un mundo en el que nada es más letal que el amor.