Hay veces en una vida en las que el mundo se detiene. Para los padres de Felipe Mateos, el mundo se detuvo el día en que nació. Porque Felipe había nacido con osteogénesis imperfecta. O, como se conoce popularmente: la enfermedad de los huesos de cristal. Ese día, sí, quizás el mundo se detuvo. Pero, pese al desconocimiento y a las incontables fracturas, ha seguido girando.
Felipe Mateos nos demuestra en este libro que, a través del humor y el amor (dos cosas que no están tan alejadas como parece), podemos sacar fortaleza de nuestras debilidades. Porque un chiste, como nosotros mismos, a veces, tiene más fuerza de la que podemos sospechar.
Te levantas cansado. La sola idea de ir a trabajar, un día más, te resulta agotadora. Haces lo mínimo para cubrir el expediente y tener tu sueldo a ?nal de mes. Para distraerte, te conectas a internet y, en vez de hacerte sentir mejor, t...
En un mundo donde abunda el estrés, la ansiedad, la depresión y el vacío existencial hablar de felicidad es blasfemia. Y afirmar que es fácil, una provocación en toda regla. La sociedad se ha convertido un gran manicomio. La única razón por la que no estamos todos encerrados es porque somos demasiados. Uno de los síntomas de esta enajenación colectiva es que cada vez más personas padecen algún tipo de neurosis y de enfermedad mental. Nos hemos vuelto maestros en hacernos desdichados. Al estar tan poseídos por la mente, vivimos de tal forma que hacemos casi imposible la felicidad.
Este provocador libro combina la sabiduría de filosofías orientales ancestrales con los últimos descubrimientos en el ámbito de la neurociencia. Y comparte contigo la mentalidad que tienen odas las personas que son genuinamente felices. Su lectura te servirá para descubrir cómo cuidar tu cuerpo, tu mente, tu espíritu y tu sistema nervioso para sentirte en paz contigo mismo. También te enseñará a cultivar el amor y la compasión para lidiar con personas descentradas sin perturbarte. Y te inspirará para hacerte amigo de la vida, aprovechando todo lo que te pasa para crecer y evolucionar.
La felicidad no aparece sin más.
Hay que entrenarla cada día.
MARCO AURELIO