¿Qué pasaría si llorar no fuera simplemente una respuesta emocional, sino un acto de empoderamiento? A lo largo de la historia, el llanto ha sido interpretado de distintas maneras: desde señal de gratitud en la civilización azteca hasta herramienta de calma de los espíritus en la antigua China. Para los griegos era erótico, mientras que en la Edad Media se le atribuían propiedades curativas contra las infecciones. Llorar es mucho más que una reacción involuntaria cuando nos sentimos tristes: es una fuente de poder y una de nuestras más bellas formas de expresión. En este ensayo ilustrado, Pepita Sandwich se adentra en el fascinante universo de las lágrimas para investigar y comprender la ciencia y la historia de este fenómeno exclusivamente humano. El resultado es un libro singularísimo que incluso nos invita a llorar con más frecuencia, porque las lágrimas tienen una poderosa magia propia que nos ayuda a crecer y sanar.
¿Por qué algunas familias progresan en la adversidad y otras terminan descomponiéndose? ¿Cómo pueden las familias superar unidas las transiciones difíciles? ¿Por qué nuestras familias nos exasperan tan a menudo?
A través de ocho estudios bellamente narrados, Julia Samuel analiza una serie de problemas comunes a las familias (la pérdida, el abandono del hogar, la separación, las relaciones entre hijastros…) y muestra cómo se heredan y cuántos de ellos se pueden sanar si se afrontan en conjunto.
Explorando las relaciones que más nos afectan y que más daño hacen, incluido el impacto a menudo infravalorado de abuelos y hermanos, e incorporando las últimas investigaciones académicas, la autora nos brinda una sabiduría que todos podemos aprovechar. Sus doce puntos de referencia para el bienestar familiar (desde discutir de manera productiva hasta dedicar tiempo a los rituales) nos proporcionan las herramientas necesarias para mejorar nuestras relaciones y crear las familias que deseamos.
La vida nos sumerge en circunstancias de las que, sabemos, no saldremos iguales. Quiebres profundos que nos enfrentan a lo irremediable y, a la vez, a nosotros mismos. No importa demasiado si se trata de una pérdida en el área de los afectos, de un problema económico, laboral, en el ámbito familiar, o de la salud. Los sentimientos que nos embargan son muy similares: en el comienzo, miedo, impotencia, rabia e ira, y una tristeza profunda después. Lo que nos va a diferenciar es lo que hacemos con esos sentimientos que son básicamente destructivos.
El doctor Walter Dresel nos propone aceptar el presente y reconciliarnos con lo que ya no podemos cambiar. ¿Cómo? Ayudándonos a preservar nuestra autoestima, base sobre la que se asentará lo que hemos de construir. Vuelve a empezar es un libro esperanzador y de mucha vitalidad, que nos acompañará en el camino de sanación, y que nos alienta a confiar en nosotros mismos y en nuestra capacidad para imaginar un futuro distinto.
¿Por qué los adolescentes se acuestan tan tarde? ¿Es normal que nos lo cuestionen todo? ¿Sabías que están más indefensos que los adultos frente al estrés y tienen más tendencia a la ansiedad o la ira? ¿Por qué en su habitación reina el desorden?
Los adolescentes son diferentes porque también lo es su cerebro: más fuerte y, al mismo tiempo, más vulnerable que en cualquier otra etapa de la vida. Los adolescentes se comportan como adolescentes porque eso es lo que son y lo que tienen que hacer.
La adolescencia es época de cambio, de renovación y de crecimiento para el cerebro. Con el fin de abandonar los comportamientos típicos de la infancia y adquirir conductas propias de los adultos, el cerebro madura, hace nuevas conexiones y elimina otras. Es una época de cierto caos, pero también emocionante, de descubrimiento y renacimiento.
Solemos pensar que el trauma es aquello que acontece a un porcentaje muy bajo de la población ante situaciones estresantes extremas como un desastre natural, un accidente aéreo o un maltrato físico severo. Sin embargo, hoy en día los expertos consideran el trauma la epidemia invisible de la infancia. Los traumas se pueden desarrollar en cualquier momento de nuestra vida, aunque la infancia es el momento más probable debido a la vulnerabilidad que la caracteriza. Una situación estresante se convertirá en traumática si el adulto impide que el menor exprese las emociones que ha experimentado. Además, frases como «no pasa nada» o «no hay que llorar por esa tontería» pueden hacer que la situación se convierta en traumática.
Aceptarse no es tarea fácil, y menos en una sociedad llena de prejuicios y expectativas. Anabel, que sabe que cuando sea mayor va a usar silla de ruedas, te cuenta cómo es vivir en un cuerpo que no la va a acompañar como ella quiere.
Reflexiona sobre lo que se espera de nosotros y lo que en realidad somos, sobre el daño que causan las etiquetas, poniendo su experiencia al servicio de todos los que algún día se sintieron señalados y diferentes.
Este libro pone en valor todo lo que somos más allá de las apariencias y da un halo de esperanza a todas esas personas que se encuentran en el camino hacia la autoaceptación. Con sinceridad, humor y optimismo, Anabel comparte sus secretos sobre cómo entiende la vida y cómo ha conseguido hacer de la adversidad una oportunidad.