Al enfrentar desafíos, tareas desagradables y cuestiones contenciosas como las tareas escolares, el tiempo frente a la pantalla, las elecciones alimentarias y la hora de dormir, los niños a menudo se comportan mal o se cierran, respondiendo con reactividad en lugar de receptividad. Esto es lo que los autores superventas del New York Times, Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson, llaman una respuesta de No Cerebro.
Pero nuestros hijos pueden ser enseñados a abordar la vida con apertura y curiosidad. Los padres pueden fomentar la capacidad de sus hijos para decir sí al mundo y dar la bienvenida a todo lo que la vida tiene para ofrecer, incluso en tiempos difíciles. Esto es lo que significa cultivar un Cerebro afirmativo.
Cuando los niños funcionan desde un cerebro afirmativo, están más dispuestos a tomar riesgos y explorar. Son más curiosos e imaginativos, menos preocupados por cometer errores. Son mejores en las relaciones y más flexibles y resilientes cuando se trata de manejar la adversidad y los grandes sentimientos.
Me encantaría vivir en un mundo en el que cada persona sea quien es y pueda ejercer sus derechos plenamente, en igualdad de condiciones que las demás. Todos tenemos derecho a elegir qué hacer de nuestras vidas. Pero ¿cómo garantizarles hoy, en esta sociedad, ese ejercicio pleno de derechos a las personas con autismo? Lo primero es visibilizar esta condición. Identificar y derribar barreras, brindar apoyos y pensar caminos posibles. En este, su nuevo libro, Alexia Rattazzi, especialista en autismo, aborda problemas como el del acceso a la salud, a la educación superior, al empleo con apoyos en el mercado laboral abierto y competitivo, a la independencia y a la autodeterminación. A vivir donde y con quien se quiera, a la sexualidad y las relaciones afectivas, a la justicia, al turismo, al deporte, al ocio, a la recreación, a la comunicación y al bienestar. En definitiva, a todas esas cosas que nos permiten disfrutar de nuestro paso por el mundo, a solas o en compañía. Plan de vida es una invitación a construir una convivencia humana neurodiversa y pacífica y a seguir creando contextos amigables y amables para todos.
Vivir en un estado de paz y plenitud no requiere largas horas de meditación. El líder espiritual Thich Nhat Hanh nos muestra cómo un gesto tan sencillo como el silencio puede devenir una poderosa herramienta de conocimiento y armonía.
Como una radio que nunca se apaga, nuestro pensamiento siempre está ahí, reviviendo acontecimientos del pasado o proyectando ansiedad y temor hacia el futuro. Pero la mente se puede acallar. Y, cuando lo hace, empezamos a escuchar nuestra propia voz interior.
Mediante técnicas basadas en el mindfulness y la respiración, Thich Nhat Hanh nos enseña a cultivar la quietud en el devenir del día a día. Porque solo en silencio descubriremos quiénes somos y cuál es nuestro propósito en la vida, que son las dos claves de la paz y la felicidad.