Identificar los hábitos que tienes implican conocer desde tu ser, hacer y tener. Tu ser porque son todas aquellas creencias, pensamientos, motivaciones internas que te rodean de manera consciente o inconsciente, que son las que te llevan a actuar que es el hacer, sea que hagas mucho o poco. Estas acciones son las que se convierten en tus hábitos, lo que resulta interesante que puedas observarte e identificar desde lo que piensas hasta como actúas, esto es lo que te lleva a tus resultados que es el tener. Lo que obtienes es lo que has hecho como resultado de tus hábitos.
Hábitos Poderosos te trae 43 lecciones que te darán las herramientas para que despiertes, te pongas a trabajar en romper con la programación mental que arrastras desde tu infancia hasta las condicionantes que intervinieron en tu ambiente para que cambies tu patrón de conducta.
Al enfrentar desafíos, tareas desagradables y cuestiones contenciosas como las tareas escolares, el tiempo frente a la pantalla, las elecciones alimentarias y la hora de dormir, los niños a menudo se comportan mal o se cierran, respondiendo con reactividad en lugar de receptividad. Esto es lo que los autores superventas del New York Times, Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson, llaman una respuesta de No Cerebro.
Pero nuestros hijos pueden ser enseñados a abordar la vida con apertura y curiosidad. Los padres pueden fomentar la capacidad de sus hijos para decir sí al mundo y dar la bienvenida a todo lo que la vida tiene para ofrecer, incluso en tiempos difíciles. Esto es lo que significa cultivar un Cerebro afirmativo.
Cuando los niños funcionan desde un cerebro afirmativo, están más dispuestos a tomar riesgos y explorar. Son más curiosos e imaginativos, menos preocupados por cometer errores. Son mejores en las relaciones y más flexibles y resilientes cuando se trata de manejar la adversidad y los grandes sentimientos.
Vivir en un estado de paz y plenitud no requiere largas horas de meditación. El líder espiritual Thich Nhat Hanh nos muestra cómo un gesto tan sencillo como el silencio puede devenir una poderosa herramienta de conocimiento y armonía.
Como una radio que nunca se apaga, nuestro pensamiento siempre está ahí, reviviendo acontecimientos del pasado o proyectando ansiedad y temor hacia el futuro. Pero la mente se puede acallar. Y, cuando lo hace, empezamos a escuchar nuestra propia voz interior.
Mediante técnicas basadas en el mindfulness y la respiración, Thich Nhat Hanh nos enseña a cultivar la quietud en el devenir del día a día. Porque solo en silencio descubriremos quiénes somos y cuál es nuestro propósito en la vida, que son las dos claves de la paz y la felicidad.