Alcanza la cumbre! Tiene dos temas que van paralelos: la guía para llegar a la cima de su carrera profesional y una asesoría para el que quiera conocer y visitar el Pico Duarte, altura máxima de las Antillas. ¿Por qué unos llegan a la cima y otros no? No existe método exacto ni único; cada persona tiene que hacer su propio. Te muestra pautas que te ayudan a encontrar tu propósito, convertirlo en meta, hacer tu plan para alcanzarla y te anima cada día a caminar por el trazo proyectado. Es una novela de crecimiento personal, con una prosa simple y dinámica, que te lleva, entre diálogos, a anhelar el final pero sin querer que se acabe. Disfrute de las enseñanzas del Pico Duarte, sin dejar de lado sus vírgenes paisajes, sus aguas cantarínas, sus atardeceres y amaneceres de mágicos colores. Déjese acompañar por el canto de sus aves y el olor de sus árboles; permítase acariciar por el viento y acceda a que el puro aire de la Cordillera Central que atraviesa el corazón mismo de la República Dominicana coquetee con sus pulmones... le prometo que leer Alcanzar la cumbre será un viaje inolvidable.
En este libro, la autora amplía la dimensión de la comprensión del duelo, con base en las nuevas situaciones que plantea la vida actual, y a partir de su experiencia y nuevos conocimientos en este tema. Rompe con los patrones tradicionales del abordaje del duelo, para abrirse a nuevas perspectivas. Plantea, entre otros, los duelos no validos socialmente, como las pérdidas perinatales, la pérdida de una mascota, el fenómeno de la imaginación y los traumas en relación a situaciones de violencia. Dedica todo un capítulo al protocolo en el manejo del duelo en estos tiempos: cómo dirigirse a un doliente, qué decir y qué no decir. En este aspecto, su aporte es esencial para poder ayudar y comprender mejor lo que necesitan las personas en su proceso de duelo, en casos -por ejemplo- de situaciones súbitas o inesperadas. En este libro, la autora explica lo que va a imaginar para cada individuo, en su vida y sistema familiar, la pérdida de los padres en la edad adulta, el cual era considerado como un duelo natural y sencillo.