Si tienes este libro en las manos probablemente rondes o superes los cuarenta y hayas comenzado a sentir un leve —o no tan leve— declive físico, cognitivo y emocional. Quizá, además, tengas la creencia de que al envejecer es normal engordar, tener flacidez, arrugas, alopecia, pérdidas de memoria o no encontrar las palabras al hablar.
Para sentirte bella y llena de energía durante el climaterio no necesitas productos o tratamientos mágicos, solo ajustar algunos hábitos, prestando más atención a tu bienestar diario y alcanzando un estado de mayor calma a través del descanso, las buenas amistades y la paz mental.
Aquí encontrarás herramientas para tu autocuidado, consejos de alimentación, ejercicios sencillos y efectivos para hacer en casa, prácticas que te ayudarán a ilusionarte por nuevos proyectos e historias de otras mujeres con las que te sentirás identificada. Esta obra cambiará tu forma de verte, de quererte y de estar en el mundo, mostrándote todas las posibilidades de la madurez de la mujer desde el plano biológico, mental y emocional. Conecta con tu yo más profundo, implementa los cambios que tu cuerpo te pide y siéntete mejor por dentro y por fuera.
¿Piensas demasiado antes de actuar? ¿Te preocupas por lo peor que podría pasar? ¿Lo que no se desempeña a la perfección se convierte en un fracaso para ti? Si te identificas con alguno de estos problemas, probablemente estés sufriendo algún grado de ansiedad.
La buena noticia es que, si bien no es posible ni útil reducir tu nivel de ansiedad a cero, sí que se puede aprender a gestionar el modo en que respondemos ante las cinco «trampas de ansiedad»: las dudas excesivas, la rumiación y la preocupación, el perfeccionismo paralizante, el miedo al feedback y a la crítica, y la evitación.
En esta obra Paloma Navarrete relata cómo fue su infancia, sus primeras visiones y viajes astrales, las posteriores vivencias esotéricas más relevantes que ha tenido, el aprendizaje con su chamán en Guatemala durante tres años, que cambiarían por completo su vida. Tuvo que desaprender muchas cosas para aprender a percibir la auténtica realidad.
En definitiva, todas sus experiencias durante su dilatada trayectoria como vidente y médium en la búsqueda de personas desaparecidas, los contactos con fallecidos, la investigación en casas encantadas y otros casos curiosos en compañía del Grupo Hepta.
Sus instrumentos habituales de trabajo eran la ouija y una bola de cristal. La clarividencia y la capacidad de comunicarse con los muertos, le permitieron verlos y establecer con ellos un diálogo fluido, ayudando a muchas personas que acudieron a ella para que les diera respuesta a cuestiones que parecían imposibles de resolver.