La ansiedad puede conducirte a la felicidad y al bienestar
La ansiedad se considera una de las lacras de nuestro tiempo, y cuando se habla de ella lo habitual es tratarla como a una enemiga. Pero Núria Gabernet plantea una nueva forma de verla, te enseña a relacionarte con la ansiedad de manera constructiva y te invita a observarla y convertirla en una experiencia sanadora.
Tras años de investigación personal y estudios multidisciplinares sobre el tema, la autora ofrece un enfoque integrativo de la ansiedad: se adentra en sus bases biológicas y psicológicas, repasa las funciones que ejerce en nuestra vida y ofrece estrategias para comprenderla y transformarla.
Este libro recorre las principales causas que generan ansiedad, te guía y te interpela para que te observes y conozcas cómo, cuándo y por qué aparece, te proporciona herramientas para gestionarla y te anima a explorarlas para descubrir cuáles son las que mejor te pueden funcionar.
Aprende a mantener una relación amigable con tu ansiedad, deja a un lado el sufrimiento que te provoca y escucha lo que tiene que decirte. Mírala de frente y considérala tu aliada, pues te informa de lo que no funciona en tu vida, lo que te perjudica o no te satisface. Deja de rechazarla y permite que te conduzca a un nuevo bienestar.
Conocida mundialmente por su trabajo con los enfermos terminales, Elisabeth Kübler-Ross nos ofrece no solamente su enseñanza, sino también el testimonio gráfico de algunos de sus pacientes. Mal Worshaw, fotógrafo profesional, obtuvo el permiso de estas familias para captar con la cámara su evolución.
En este libro, tan extraordinario e importante es el texto como las imágenes. Ambos pueden darnos nuevas ideas sobre cómo preparar esta despedida que debe ser un diálogo entre los que van a partir y sus familiares, conduciéndoles a la aceptación de la inevitabilidad de la muerte.
El cerebro tiene la capacidad de reorganizarse y crear nuevas conexiones neuronales a lo largo de la vida. Esta facultad, conocida como "neuro plasticidad", le permite adaptarse a nuevas experiencias y aprender otras habilidades.
A medida que envejecemos, se producen ciertos cambios que pueden afectar a la función cognitiva, pero que no representan necesariamente un deterioro intelectual. El cerebro de mediana edad puede no ser tan rápido o eficiente en ciertas áreas (velocidad de procesamiento, atención o memoria de trabajo) como los más jóvenes, pero tiene su propio conjunto de fortalezas y habilidades que se pueden aprovechar y desarrollar para ayudar a las personas a continuar creciendo y aprendiendo a lo largo de sus vidas.