Es un privilegio compartir con ustedes todo lo que he aprendido y experimentado en estos últimos 5 años. Espero que puedan sumergirse en esta hermosa reflexión, no solo para leerla, sino para ponerla en práctica cada día con el propósito de aprender a ser felices, tal como yo he logrado ser en mis 58 años de vida, a pesar de todas las experiencias vividas.
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas”. Si el hombre en vez de actuar como Adán y Eva queriendo ser dioses, se dejaran guiar por el creador del cielo y la tierra, hace mucho tiempo que hubiésemos logrado alcanzar la felicidad que tanto anhelamos y que esta tan cerca y de manera tan fácil, que a veces se nos hace increíble creerlo.
«La gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás», decía Cicerón, y no andaba lejos de lo que está demostrando la neurociencia. Se ha comprobado que tomarse un tiempo para agradecer tiene beneficios para la salud. La gratitud va acompañada de más optimismo, menos ansiedad, aumento de la autoestima y el equilibrio social.
¿Que dónde está la libido de las madres? Si vives con la sensación constante de que no llegas… ¿qué energía te queda para el sexo?
En los últimos cinco años, la sexóloga Sonia Encinas ha centrado su trabajo en visibilizar cómo la maternidad transforma la sexualidad en pareja desde una perspectiva feminista, denunciando cómo los roles de género influyen en la construcción del deseo y la autonomía sexual de las mujeres, reduciendo su capacidad de conectar con el placer en este contexto.
Con El sexo de las madres, la autora del bestseller Feminidad Salvaje destapa, por fin, la vivencia de la sexualidad cuando llega la maternidad. Y pone el foco no solo en todo lo que sucede en los cuerpos maternos, sino sobre todo en lo que ocurre en los contextos en los que maternamos: solas, exhaustas y con carga mental.