La ansiedad afecta a millones de personas en todo el mundo, un número que sigue en aumento. Mientras que la medicina convencional tiende a ver la ansiedad como un problema vinculado a la química cerebral y la psicología, la verdad es que sus orígenes están enraizados en el cuerpo.
En La anatomía de la ansiedad, la psiquiatra Ellen Vora nos ofrece un cambio de paradigma en nuestra comprensión de la salud mental y sugiere que la ansiedad no es simplemente un trastorno cerebral sino una afección de todo el cuerpo. En su trabajo clínico, la Dra. Vora ha descubierto que los síntomas de la ansiedad a menudo se pueden atribuir a desequilibrios en el cuerpo. La incomodidad emocional y física que experimentamos (insomnio, confusión mental, dolor de estómago, nerviosismo) es el resultado de la respuesta del cuerpo al estrés.
La buena noticia es que esta ansiedad relacionada con el cuerpo o, como la llama la Dra. Vora, la «ansiedad falsa», se trata fácilmente. Una vez que se abordan las necesidades del cuerpo, cualquier síntoma restante se reformula como una súplica urgente desde adentro. Esta, la «ansiedad real», es una señal de que hay algo más en desequilibrio en nuestras vidas, en nuestras relaciones, en el mundo.
«¿Has buscado alguna vez una fotografía que te transporte a lo más miserable de tu existencia? Para ilustrar este libro he revisado centenares y del cien por cien de las imágenes, un 85 por ciento es alcohol... Mi vida era tomar, tomar y tomar. No había otro fin. Mi enfermedad me engañaba para que pensase que lo hacía porque quería, pero me tenía dominado.
Tengo una enfermedad: soy un adicto y lo seré toda la vida.
La adicción no tiene cura, pero si la tratas, podrás vivir una vida plena. Podrás comer, salir, divertirte… En definitiva, vivir sin alcohol y otras drogas. Esto es lo que quiero explicar en este libro. Y con mi testimonio, dar esperanza a personas y a familias que la estén viviendo.»
Gregory Cajina, experto en neurociencia, se adentra en el fascinante mundo que se nos presenta a partir de los 40 y nos ayuda a entender mejor quiénes somos.
La mediana edad ronda hoy desde los 35 hasta los 60 años o más gracias a la medicina, la tecnología y los estilos de vida saludables. Cuando anteriormente el objetivo vital de muchas personas se resumía en trabajar, emparejarse, endeudarse y cuidar a los hijos, muchos ya lo han conseguido en la primera mitad de su vida. Entonces, ¿qué hacer con las décadas que restan aún de este viaje?
En La vida empieza a los 40, Gregory Cajina nos ofrece propuestas aunando ciencia, reflexión y acción para encarar la segunda parte de nuestras vidas: posiblemente la fase vital en la que, tras haber dedicado nuestros primeros años a lograr lo que creíamos más importante, ha llegado el momento de escoger lo que en realidad es relevante.
A través de sus páginas buscaremos comprender mejor a qué se refiere la crisis de la mediana edad —cuando ni es una crisis, ni sucede solo en la mediana edad—, viajaremos en el tiempo para enlazar filosofías milenarias con los avances más actuales en neurociencia y, finalmente, descifraremos algunas de las claves de lo que nos inspira, lo que nos motiva y, sobre todo, de lo que somos y podemos llegar a conseguir en la etapa más significativa de nuestras vidas.