Hay cristianos que han oído hablar del mindfulness por recomendación de su médico, terapeuta o amigos. Al acercarse a esta práctica, quizás hayan leído que tiene raíces budistas, o que puede provocar problemas psicológicos, mientras que otras fuentes afirmarán su efectividad contra la ansiedad y el estrés. ¿Qué hacer? ¿Practico el mindfulness o no? ¿Es malo hacerlo si soy cristiano? ¿Se trata de un camino religioso? ¿Afectará esto a mi fe? ¿Cambiará mi psicología? Este libro explica que es posible un diálogo entre el cristianismo y los principios del mindfulness, pero no lo hace de una manera teórica, sino sencilla, amable y con ejercicios prácticos. Cualquier persona de espiritualidad cristiana que practique el mindfulness o que quiera empezar, sentirá cercanas estas reflexiones y ejercicios prácticos.
Mindfulness para principiantes es una invitación para que el lector modifique su relación con el modo en que piensa, siente, ama, trabaja o juega; y despierte y encarne de forma plena lo que realmente es.
Los meditadores principiantes (pero también los avezados) descubrirán en estas páginas un valioso compendio de las prácticas y actitudes fundamentales que Jon Kabat-Zinn ha desarrollado tras décadas de investigación, enseñanza y práctica. A destacar:
· la importancia de conectar con nuestro cuerpo y nuestros sentidos;
· ir más allá de nuestra «historia» y conectar con la experiencia directa;
· estabilizar nuestra atención y presencia en medio de las actividades cotidianas;
· los factores mentales fundamentales que provocan sufrimiento;
. por qué corazón pleno (heartfulness) es sinónimo de mindfulness.
Mindfulness para principiantes proporciona las respuestas apropiadas para lograr que conectemos de un modo más claro, duradero y amoroso con nosotros mismos y el mundo.
¿Cómo se explica que, en una sociedad que se autodenomina de bienestar, el consumo de antidepresivos no pare de crecer año tras año? ¿Es factible escapar del malestar? ¿Y si el problema es que estás buscando las causas del sufrimiento en el lugar equivocado?
Vivimos bajo la percepción de que la plenitud llega con la adquisición: más logros, más bienes, más relaciones. Se nos ha inculcado que ciertos pilares, como tener una pareja, una familia y un empleo estable, nos garantizarán felicidad. Pero en esa frenética búsqueda de más, ¿no estaremos, sin darnos cuenta, incrementando nuestro propio sufrimiento?