Traté de refugiarme en una habitación de unos siete metros cuadrados, no siempre de la misma ciudad. Desde ella se ven los pájaros y sus nidos, también atardecer, nunca la luna. Este lugar, repartido por el mundo, tiene en común una ventana, un espejo, una planta viva y estos huesos. Diferentes vistas, plantas y espejos, pero siempre el mismo hogar: mi cuerpo.
Esto no tiene que ver tanto con la forma como con el fondo: con un alma cansada de luchar contra varios ejércitos despiadados enquistados dentro de ella. De mí. Contra un mundo obscenamente malvado y tímidamente bondadoso, contra la incapacidad de querer y cuidar; contra el miedo, que es lo que lo rompe todo.
Me hice bolita hasta que pude abrir los ojos.
Me arrastré hasta que fui capaz de caminar.
Levantarme ya era una revolución.
Este libro es casi un milagro.
Hay dos verdades irrefutables: la primera es que, cada ser humano tiene una mente que, en algún momento, puede enfermar y la segunda, es que la adversidad es una invitada inevitable en la fiesta de la vida. Amalfi Eguren-Bouchane nos ofrece un mensaje testimonial, educativo y motivacional cargado de fe, valentía y esperanza basado en su propia experiencia con trastorno afectivo bipolar tipo I.
Con talento y mirada sensible, Juan Tonelli reúne historias extraordinarias de gente común para retratar y explorar distintos aspectos y tensiones de nuestra vida cotidiana, recorriendo temas como el miedo, las contradicciones, el dolor, los traumas y carencias que nos condicionan, y todo eso que sentimos y no podemos expresar.
La mayoría de estas historias están escritas en primera persona, tal como fueron relatadas por sus protagonistas: seres lastimados, fantasiosos, aterrorizados, a veces delirantes, que nos permiten reflejarnos como en un espejo y mirar eso que nos ocupa tanto espacio pero no nos animamos a enfrentar.