Imagina lo peor que le puede pasar a un ser humano. Este thriller te llevará aún más allá. Y te traerá de vuelta, pero ya no serás la misma persona.
Trepidante y adictivo, Castigo es la consagración de la reina del thriller en español.
Nines despierta una mañana esperando el regalo de cumpleaños de su hijo de seis años, pero lo que recibe es su oreja en una caja con un lazo. Comienza así una angustiosa búsqueda que conmociona a todo el país. Pronto se descubrirá que no es la primera muerte de un niño en esa familia, y que el caso está relacionado con la dolorosa y extraña actuación de seis jóvenes que acuden de público a un programa de televisión.
Amélie Nothomb en plena forma: un elogio de la lectura nada trivial, nada previsible y, sobre todo, nada inocente.
Ange tiene diecinueve años, vive en Bruselas y estudia filología. Para ganarse algún dinero, decide comenzar a impartir clases particulares de literatura a un adolescente de dieciséis años llamado Pie. Según su despótico padre, el chico es disléxico y tiene problemas de comprensión lectora. Sin embargo, el problema real parece ser que odia los libros tanto como a sus padres. Lo que a él le apasiona son las matemáticas y, por encima de todo, los zepelines.
Una apasionante historia familiar. Un siglo convulso. Un amor extraordinario sometido a los golpes del destino.
Nada hacía prever que un judío vienés, cuya familia pereció en el Holocausto, y una joven viuda de Bremen se encontrarían alguna vez, y mucho menos que se enamorarían y se atreverían a vivir juntos contra viento y marea. Cuando se conocen, Waltraut es ya viuda y Joschi tiene veinte años más que ella: a priori la situación no puede resultar más complicada, de modo que ella inicialmente lo rechaza. Pero él, acostumbrado a las circunstancias más adversas, se presenta en su puerta con una máquina de escribir bajo el brazo y el propósito de conquistarla. Desde ese momento, actuarán durante décadas como dos polos que se atraen y se repelen alternativamente: el amor que sienten ambos y su vida en común estarán marcados tanto por momentos vertiginosos como por dramáticos golpes del destino, desde la enfermedad o la pérdida de una hija hasta el peso insoportable de los secretos familiares de Joschi. ¿Cómo debe ser el vínculo entre dos personas para resistir todo esto?
Leah ha vivido con akinetopsia, o ceguera al movimiento, desde que era niña. Durante los últimos veinte años, no ha podido percibir el movimiento. Mientras pasea por su vecindario en Upper Manhattan con su bastón blanco guiando el camino, la mayoría de la gente asume que es ciega. Pero la verdad es que Leah ve mucho, y con sus agudos sentidos del olfato y la audición, muy poco escapa a su atención.
Lleva una vida tranquila y ordenada, con poco contacto humano más allá de su ama de llaves de toda la vida, su psicólogo y su anciana vecina. Todo eso cambia cuando Alice se muda al apartamento de al lado y Leah puede oler de inmediato la ansiedad que emana de ella. Lo que es peor, Leah no puede evitar escuchar a Alice y a un visitante nocturno involucrarse en una violenta discusión. Preocupada, entabla amistad con su vecina y descubre que Alice está en medio de un complicado divorcio de un esposo abusivo.
Luego, una noche, Leah se despierta con alguien en su apartamento. Pierde el conocimiento y por la mañana se pregunta si soñó el episodio. Sin embargo, el aroma del intruso la sigue a todas partes. Y cuando escucha a Alice al otro lado de la pared suplicando su ayuda, Leah toma una decisión que pondrá a prueba su valentía, su fuerza y, en última instancia, su cordura.
Las emociones de un padre ante la iniciación verbal de su hijo impulsan este libro repleto de hallazgos. Sus páginas exploran el enigma de los aprendizajes esenciales que jamás recordaremos: empezar a caminar, hablar, formar la identidad y organizar nuestra memoria. Construyendo un luminoso relato lírico, su voz rinde tributo a la primera infancia y a la lengua misma, fruto de un raro equilibrio entre enamoramiento y reflexión.