Los relatos que componen este libro son una declaración de amor a la literatura y de gratitud a algunos escritores. Álvaro Medina de Toro nos desvela su punto de partida en el título, Huellas, y sus objetivos en el subtítulo, Fabulaciones biográficas. Seis escritores son objeto de recreación literaria: Antón P. Chéjov, Edgar A. Poe, Stefan Zweig, Luis Cernuda, Gabrielle-Sidonie Colette y Graham Greene. Sus escritos y sus vidas dejaron huellas profundas en el autor siendo adolescente, ese sedimento sobre el que ahora se levantan estos exigentes relatos. Cargados de emoción, humor, en un estilo ágil y diáfano, ofrecen al lector claves de su biografía y su escritura. Huellas no pretende ser biografía ni crítica, sino plasmar a sus personajes con una mirada literaria, libre y documentada.
Un libro imprescindible para los seguidores de Bukowski.
Tras publicar más de cincuenta libros en vida, muchos relatos y artículos importantes de Bukowski continúan dispersos o inéditos. Este volumen es una antología de esta obra desperdigada. Empezando por los primeros cuentos que publicó en revistas a finales de la década de 1940, el libro brinda al lector un viaje contracultural por las batallas literarias de los cincuenta, la agitación psicodélica de los sesenta, los placeres narcisistas de los setenta y la distopía reaganista de los ochenta.
En cuestión de pocos meses, fui testigo de dos de los acontecimientos que más temo en la vida: la muerte de un hijo para sus padres y la muerte de una mujer joven para sus hijos y su marido. Alguien me dijo entonces: eres escritor, ¿por qué no escribes nuestra historia? Era un encargo, y lo acepté. Empecé, pues, a contar la amistad entre un hombre y una mujer, los dos supervivientes de un cáncer, los dos cojos y los dos jueces, que se ocupaban de asuntos de sobreendeudamiento en el tribunal de primera instancia deVienne (Isére). En este libro se habla de la vida y la muerte, de la enfermedad, de la pobreza extrema, de la justicia y, sobre todo, del amor.Todo lo que se dice en él es cierto.
De esta manera presentaba Emmanuel Carrére la edición francesa de este libro verdaderamente extraordinario: inolvidable, desgarrador, de una potencia narrativa inaudita. De vidas ajenas recibió el Premio Globe y otros galardones, y la prensa cultural francesa lo eligió mejor novela del año.
Toby Fleishman creyó saber qué podía esperar cuando él y su mujer, con quien ha estado casado durante casi quince años, se separan: fines de semana y vacaciones alternadas con los niños, alguna amargura residual, algún momento de tensión esporádico para negociar la crianza compartida de sus hijos. Pero no podía predecir que un día, en el medio de su emancipación sexual recién adquirida, Rachel dejaría a sus dos hijos en su casa y no volvería más. Toby se había esforzado tanto por encontrar un equilibrio en su vida de soltero. Los vientos de su optimismo, largamente inactivos, recién se habían puesto en marcha. Y ahora esto.
Mientras Toby intenta averiguar dónde fue Rachel, a la vez que hace malabarismos con sus pacientes del hospital, sus tareas parentales que no se acaban nunca y su recientemente adquirida popularidad sexual en las apps, termina siendo la prolija narrativa del marido rechazado y la mujer excesivamente ambiciosa. Pero si Toby quiere comprender de veras lo que le sucedió a Rachel y a su matrimonio, tendrá que aceptar que quizá no ha sido totalmente objetivo en su análisis de los hechos.
Un debut mordaz y sin tapujos, Fleishman está en apuros es una exploración perspicaz, inquietante y a menudo hilarante de una cultura que intenta gestionar las profundas líneas divisorias de una institución que ha demostrado ser digna de profundos recelos y profundas esperanzas.
Con sus relatos, reunidos en este volumen, escritos en total libertad para la revista underground Open City, Charles Bukowski se convirtió de inmediato en una celebridad «una leyenda viviente» (New York Review of Books), cuya fama fue aumentando vertiginosamente con la publicación de sus otros libros de relatos y poemas: «el sucesor de Miller y Burroughs», comentó Le Nouvel Observateur. Con su brutalidad, su salvaje y tierno sentido del humor, su tremenda sinceridad, Bukowski borracho, enloquecido, atrapado en una sociedad cuyos presuntos valores le asquean consigue, con su estilo descarnado y escueto, conectar inmediatamente con el lector.